¡Ningún golpe blando! Puro cuento de Petro que en su afán por hacerse la víctima y agitar a sus seguidores, esta última semana ha utilizado la investigación del CNE a su campaña y la no aprobación del presupuesto presentado al congreso, como supuestos ejemplos de la persecución en su contra y por eso este jueves llamó a una marcha para defender a su gobierno.
La realidad es que le faltan 1 año y 10 meses para completar su período. El CNE dejó clarísimo en un comunicado que no pretende actuar sobre el fuero presidencial, en otras palabras, aceptando jurídicamente que no lo pueden sacar y que lo que están investigando es su campaña. En ese contexto, el que está más enredado es el gerente, Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol, no Petro. Pero eso no le sirve, y sigue insistiendo en que esto es parte de un complot en su contra. ¿Me pregunto si no sería más extraño que con tantas evidencias de superación de topes, esta situación no se investigara? Como se investigó a Santos o a Duque.
Adicional a lo anterior, Petro continuó su diatriba contra el senado, específicamente su presidente Efraín Cepeda, porque le tumbaron el monto de su presupuesto, pero dos días después estaba sentado con él para hablar sobre la procuraduría. Por eso me pareció excelente la posición del presidente Cepeda, que no se dejó amedrentar, al tumbar un presupuesto por razones absolutamente obvias: ¡presentó un presupuesto desfinanciado! Pero más allá de eso, la ley es tan sabía que ahora le permite apropiarlo por decreto, y ojalá lo haga; y le demostrará al país que tan loco está, porque o lo aprueba con los 523 billones que no tiene o lo hace con los 511 billones con los que parece, si dispone.
Pero para colmo de males, él y su equipo jurídico le dicen al país de frente que ellos no acatarán el resultado de la investigación del CNE, al igual que desestimaron a un juez de la República para retractarse con la familia Vargas Lleras, por una objeción de conciencia. Qué mensaje da esto, ¿qué el presidente está por encima de la ley? ¡Qué ejemplo! ¿Será que los ciudadanos podemos dejar de acatar también?
Queda claro que el desespero de su incompetencia hace que quiera esconder la realidad con manifestaciones en las calles por parte de sus seguidores y discursos vacíos donde se victimiza, mientras él ataca a los magistrados del CNE y a los congresistas, poniendo en peligro a sus familias.
Lo que hay que defender en las calles no es al Gobierno, sino a las instituciones que están haciendo su trabajo. Ni los gritos, ni los trinos, pueden ocultar la falta de resultados, ni que ahora pretenda ser un rey intocable por encima de todo y todos. Como lo denunció la congresista Catherine Juvinao, esto parece más bien una estrategia macabra de ellos mismos para sabotear sus propios proyectos, para luego salir a echar culpas, decir que no los dejan gobernar y convocar a las calles para generar caos. No hay ningún golpe de estado, parece más bien un autogolpe.