La nueva película de Tony Goldwyn (conocido por su actuación en Ghost y La Sombra del Amor) es una conmovedora historia que sigue a Max Bernal (Bobby Cannavale), un comediante a punto de dar el salto necesario para triunfar en su carrera. Vive con su padre, Stan (Robert De Niro) con quien mantiene una relación particular, marcada por tensiones del pasado. Mientras intenta avanzar emocionalmente tras un divorcio, su hijo autista, Ezra (William A. Fitzgerald), comienza a enfrentar dificultades en la escuela, lo que culmina en una suspensión, y la sugerencia de considerar una institución especializada.

Ezra posee una memoria extraordinaria y una inteligencia notable. Sin embargo, su comportamiento parece descontrolado y presenta episodios emocionales intensos que escapan a la capacidad de quienes están a su cargo. No soporta el contacto físico y frecuentemente se expresa utilizando citas de películas que ha memorizado.

Max se opone a la idea de institucionalizar a su hijo; lo comprende bien y confía en su capacidad para manejarlo. Pero la situación se complica cuando su exesposa, Jenna (Rose Byrne), decide seguir las recomendaciones de los profesionales. Ante su impotencia, Max opta por “secuestrar” al joven y llevarlo de viaje.

En este momento el filme se transforma en una road movie que explora la complejidad de la relación padre e hijo, mostrando la desesperación que puede acompañar tales circunstancias.

Mientras Max y Ezra se trasladan de New Jersey a Los Ángeles, Max está atento a una audición con Jimmy Kimmel que podría cambiar su vida. Sin embargo, Jenna y Stan, que no están de acuerdo con su decisión, los persiguen.

El desarrollo de los personajes es efectivo y conmovedor, capturando la dificultad de tomar decisiones cuando los padres tienen enfoques diferentes para abordar situaciones complejas con los hijos.

El guión, escrito por Tony Spiridakis (Greenport, 2017) está inspirado en su propia experiencia como padre de un niño autista, lo cual le otorga autenticidad a la narrativa sin caer en el melodrama.

Siempre Juntos es una película profundamente humana que invita a reflexionar sobre la experiencia de las familias que enfrentan problemas de salud mental. Además, resalta la importancia de aceptar la diversidad en lugar de intentar cambiar a los demás, lo que la convierte en una obra relevante más allá del tema específico del autismo.

Se presenta en teatros.