Estimulado por el amplio debate ciudadano que hemos promovido alrededor de Ciudad Mallorquín, el ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a cargo de Susana Muhamad, se motivó a integrar una Comisión Técnica Interdisciplinaria que produjo un interesante informe de 130 páginas.

El estudio gira en torno a la Ciénaga de Mallorquín y sostiene lo que hemos argumentado varias voces polémicas: que, en ese cuerpo de agua, protegido por la convención Ramsar, la alcaldía de Barranquilla debió liderar primero, en el marco de su estrategia de biodiverciudad, su descontaminación y recuperación y no la instalación de un Ecoparque y un Tren Turístico.

En ese orden de ideas, coincidimos con la conclusión del ministerio: “Las obras del Ecoparque, y en general del Plan Maestro Ciénaga de Mallorquín, deben supeditarse a los objetivos de protección del ecosistema, reconociendo que la prioridad en un proyecto de ecoturismo debe ser una ciénaga conservada. Este objetivo debe unificar la acción de las autoridades administrativas y ambientales, priorizando proyectos que contribuyan al mejoramiento de la calidad del agua, la conservación del manglar, la conectividad ecosistémica y el ordenamiento y contención de las principales presiones antrópicas”.

Igual motivación intervencionista en Ciudad Mallorquín nos agradaría ver en el ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. Este ministerio subsidia la Vivienda de Interés Social (VIS) y la Vivienda de Interés Prioritario (VIP). Como se sabe, Ciudad Mallorquín es un proyecto que no solo ha causado afectaciones ambientales.

También se está construyendo VIS en alturas que no están permitidas en el PBOT de Puerto Colombia y que se explican por la cómplice elasticidad de la alcaldía del municipio costero al otorgar unos planes parciales y unas licencias urbanísticas que convalidaron esas violaciones.

Esta razón debería ser suficiente para que el ministerio de Vivienda revisara los subsidios de Ciudad Mallorquín. El Grupo Argos presenta como VIS un tipo de vivienda que no podía exceder los 3 pisos con altillo. En el lote de Ciudad Mallorquín se podía construir hasta 20 pisos, pero no VIS en esas alturas.

El señuelo social del Grupo Argos ha sido comercialmente astuto y el ministerio de Vivienda parece haberse tragado la engañifa. Este conglomerado optó sorpresivamente por un proyecto VIS porque era lo que le resultaba rentable según el mercado. Y sacrificó la mejor tierra de la conurbación Puerto Colombia-Barranquilla donde se han erigido edificios y hoteles modernos, centros comerciales, universidades, colegios, clínicas y barrios como Villa Campestre.