Este gobierno del cambio, tiene al país hasta la coronilla por el irrespeto a las instituciones y a la Constitución, así como por su forma despectiva de tratar las regiones. Ni que decir de su trato al sector privado. La parálisis económica es total. 118 billones parqueados en las fiducias, más de 800 proyectos bloqueados por consultas previas y las grandes obras de infraestructura en el país detenidas por cuenta de la ideologizada ANLA (Autoridad Nacional de licencias ambientales) y otras agencias. Recordemos el atropello a la Fiscalía, a la Procuraduría, al Congreso, a las Cortes y ahora al Consejo Nacional Electoral.

Ante todo esto, y la falta de gobernabilidad, el ministro del interior, Juan Fernando Cristo plantea la idea de un gran acuerdo nacional. Cabe recordar que es la tercera vez que el gobierno lo usa.

La primera, cuando comenzó esta administración en agosto del 2022 para darle gobernabilidad a Petro. Le aguantó solamente hasta febrero del 2023 cuando salieron varios ministros de diversas fuerzas que lo ayudaron a elegirse. Uno de ellos, fue Alejandro Gaviria que hoy se muestra crítico de Petro, pero le apostó a ese proyecto. Petrismo emocionado y luego arrepentido.

El segundo acuerdo nacional, lo anunció el mismo Petro el 27 de septiembre del 2023. Recuerdo que dos después, me invitaron al Congreso de Fenalco como Fiscal general y dije lo siguiente:

" El presidente de la República propuso un gran acuerdo nacional sobre algunos temas. Está muy bien que lo haga. Sin embargo, de forma propositiva también quisiera proponer que hagamos un gran acuerdo nacional en el que el gobierno respete las instituciones, la empresa privada, los empresarios, los industriales, el sector financiero, la propiedad privada. Un gran acuerdo para respetar la fiscalía, la rama judicial, la procuraduría, la defensoría del pueblo, la contraloría, el ejército, la policía y la Constitución de 1991 (..)”.

Ahora, el ministro Cristo, nos vuelve a hablar de un acuerdo nacional sobre cinco aspectos. Lograr una convivencia política en la cual se desescale el lenguaje, un respeto de las reglas electorales, el cumplimiento del acuerdo de paz, buscar un crecimiento con equidad y, por último, discutir las reformas sociales.

Frente al primer punto, es evidente recordarle al ministro Cristo que hace parte de un gobierno polarizador, radical, ofensivo y caótico. Hablan de lograr la convivencia política pero el presidente Petro insulta de forma recurrente a los colombianos. Un ejemplo de esto, se presentó el 3 de octubre en Montería, cuando Petro luego de abrazarse con el paramilitar Salvatore Mancuso, trató de acabar con mi honra como Fiscal General al decir que mi administración no le había entregado los bienes a las víctimas del paramilitarismo. Una infamia porque desconoció que le entregamos al ejecutivo 1,8 billones de pesos y 1600 bienes. Se le olvidó que quien entrega los bienes es su administración y no la Fiscalía.

En cuanto a las reglas electorales no se requiere más que respetar la constitución y la ley. O están pensando en intentos de constituyente o una posible reelección.

Sobre la paz es inverosímil el acuerdo, cuando ha sido el gobierno con su paz total como fortaleció las estructuras criminales, sacó la policía y el ejército de los municipios y acuerda con todo tipo de bandas criminales ceses al fuego en el país. Los últimos dos puntos son bien paradójicos cuando ha sido el gobierno del cambio el que ha bloqueado el país y quebrado a los sectores económicos.

Presidente Petro, el único acuerdo nacional que queremos los colombianos es que ustedes se vayan en el 2026. Por lo pronto, en el poco tiempo que les queda, traten de gerenciar para que la próxima administración no reciba al país sin agua, sin luz, sin gas, sin salud, sin Ecopetrol, sin seguridad, sin empleo, con mucha pobreza y sin dignidad.

*Ex fiscal general de la Nación de Colombia 2020-24