Tan pronto leyó mi columna sobre nuestra catedral María Reina y la esbelta torre que podría embellecerla, mi amigo Álvaro Mendoza Arango, quien desde hace años se radicó en La Florida, pero su alma parecería que permanece en Barranquilla, me envió una cantidad de información sobre la misma, que consideré muy importante compartir con mis lectores. Y aquí les va, condensada por el corto espacio disponible.

En octubre de 1949 con el obispo Jesús A. Castro B., se elaboró el contrato de “Planos y Maquetas” de estilo renacentista con los arquitectos Agustín Bertalotto y Rafael Di Muzio, pero en agosto de 1953, el obispo Francisco Gallego Pérez, decidió cambiarlo por un estilo moderno. Así el 27 de octubre del año siguiente, la Junta Pro-Catedral, previa consulta a la Nunciatura decidió abandonar los planos renacentistas. Nuestra catedral María Reina es de estilo modernista cuya construcción tomó 27 años, fue diseñada originalmente por el arquitecto italiano Angelo Mazzoni del Grande y rediseñada parcialmente por la firma “Vásquez y Cárdenas”, la cual llevó a cabo su construcción. La edificación cuenta con 4.274m2 de construcción, 92m. de largo y 38 metros de altura. Originalmente se financió con una estampilla oficial y diezmos de la feligresía, pero esto no era suficiente y la catedral cambió su diseño original para lograr cierta economía y agilizar su construcción. Se convocó entonces a los arquitectos de planta: José Alejandro García, Adolfo Falquez y Mario Lignarolo, para buscar una solución más práctica para su terminación. Y así, con otros prestantes arquitectos de la época, decidieron eliminar unas enormes y elevadas arcadas que hubieran demandado décadas para su construcción. Fue entonces cuando el Arq. Ricardo González Ripoll sacó un AS debajo de la manga: “Tengo un ingeniero experto en cascarones que seguro podrá ofrecer la solución”, se trataba de Jorge García, ingeniero experto, discípulo de Félix Candela Outeriño, el más grande calculista en este tipo de estructuras, ya conocido en la ciudad porque desde su taller en México había diseñado el remate superior del Banco Cafetero que tenía encantado a los barranquilleros. Fue así como Jorge García presentó la solución, que es la actual cubierta con base en paraboloides hiperbólicos que por su bajo peso podría ser soportado por la estructura existente. Este concepto requirió el rediseño de la fachada para que estuviera más acorde con el cambio, y por economía fue eliminada del proyecto inicial la torre con su cruz ubicada hacia el lado de la Av. Olaya Herrera. Pero indudablemente nuestra majestuosa catedral María Reina se engalanaría y dinamizaría luciendo la esbelta y moderna torre propuesta en pasada columna, para lo cual se requiere el apoyo de todos los católicos de la ciudad.

@nicorenowitzky