Esta semana se realizó en Barranquilla el Congreso Nacional de Cotelco, la asociación Hotelera y Turística de Colombia, que celebró sus 70 años de existencia. Cuando se fundó en 1954 tenía 11 afiliados y hoy en día cuenta con más de 1.000. El sector turismo hoy representa el 3.7% del PIB y solo el alojamiento genera más de 157.000 empleos. A la fecha, según datos del Registro Nacional de Turismo (RNT) a julio de este año, la industria hotelera tiene en el país casi 300.000 habitaciones y 500.000 camas.

De la radiografía del sector presentada por José Duarte, presidente ejecutivo del gremio, salen a relucir varios datos relevantes. El incremento del 10% en las exportaciones de servicios turísticos del país, comparando el segundo trimestre de 2024 vs 2023, y que llegan a más de US $2.200 millones, lo ubica como uno de los pocos sectores económicos que mantiene el vigor pese a la compleja coyuntura de la economía nacional. Esto viene acompañado de un crecimiento reciente de los empleos, que han aumentado casi 11% en los últimos dos años, aunque preocupa la velocidad a la que se viene desacelerando.

Con respecto a los ingresos reales de los alojamientos, se ve en el último año una caída del 6% que va a de la mano de una reducción del 2,4% de la ocupación hotelera a nivel nacional, llegando al 49,5%. Tal vez lo más alarmante es la disminución de casi medio millón de turistas internos, representando un 25% menos que en 2023, según datos del DANE. Sin duda un reflejo de la pérdida de poder adquisitivo de los colombianos.

Esto último contrasta con el crecimiento importante y positivo en el número de pasajeros aéreos internacionales, que pasaron de 4.8 millones en 2022 a 7.1 millones en 2024 y con un buen año para los pasajeros aéreos nacionales que lograron revertir la caída del 2023 y regresar a los 21.8 millones de viajeros. Ojalá este repunte sirva para devolverle algo de confianza a los inversionistas del sector que aún tiene mucho por crecer. En conclusión, esta panorámica muestra un sector resiliente aún frente a embates como el aumento del IVA y la desmejora en las condiciones de seguridad en muchas zonas del país.

La especie humana tiene un apetito casi insaciable de conocer otros lugares, el llamado wanderlust, que luego de la pandemia ha demostrado ser cada vez más fuerte y nuestro país tiene mucho por ofrecerle al mundo. Turismo de naturaleza, turismo de grandes eventos culturales y deportivos, turismo urbano y arquitectónico y turismo comunitario, son solo algunos de los nichos que tienen millones de consumidores en USA y Europa y que deben y pueden ser nuestros objetivos.