Más allá del exhibicionismo gubernamental que se presentó en el marco del operativo en El Plateado, Cauca, se espera que, tras un intento fallido de Paz Total con las disidencias de Iván Mordisco, el gobierno ejecute a corto, mediano y largo plazo la hoja de ruta pactada para ampliar la presencia del Estado en este territorio y, ojalá, en muchos más de la región donde estos grupos operan sin pena ni gloria.
Uno de los grandes retos que ha enfrentado Colombia desde sus inicios como República es garantizar una presencia efectiva del Estado en los territorios, no solo para impedir el actuar delictivo de grupos criminales y armados, sino también para otorgar a los ciudadanos los derechos que constitucionalmente les corresponden, como una vida digna, libre y sin amenazas a su seguridad.
La realidad de miles de colombianos ha sido el abandono estatal, que los ha dejado a merced del control territorial de estos grupos y, en muchos casos, sin ninguna otra opción que la guerra o el cultivo de ilícitos. En muchos de estos territorios, que han visto a la Fuerza Pública entrar y salir en cuestión de días, la desconfianza hacia el Estado es enorme, ya que no se ha traducido en cambios en sus condiciones de vida y, en muchos casos, ha puesto en riesgo a la población.
Aunque en El Plateado se esperaba la presencia del presidente Gustavo Petro, quien, como en muchos otros escenarios importantes del país, se ha excusado por múltiples y variadas razones, se aplaude la voluntad de acompañar este operativo militar con una mayor presencia del Estado de forma integral, a través de ministros y otras autoridades relevantes del orden nacional. Infortunadamente, las fotos en plan de turismo gubernamental eclipsaron parcialmente lo que debió ser un mensaje contundente de compromiso con la población y con la recuperación del territorio que ha estado en manos de diferentes grupos, incluyendo al Estado Mayor Central, el ELN y la Segunda Marquetalia.
Ahora, si bien podría considerarse un triunfo del gobierno, lo cierto es que solo se podrá determinar el impacto que tendrá esta operación en los próximos años, cuando las promesas hechas a la población se conviertan en realidad. Los ciudadanos de esta región temen, como ha sucedido innumerables veces, que la presencia de la Fuerza Pública se convierta en una nueva amenaza para ellos, quienes pueden sufrir retaliaciones por parte de las disidencias de Iván Mordisco.
Por ello, el Estado, bajo este gobierno, debe buscar todos los medios posibles para garantizar la seguridad de esta población y, además, brindar los apoyos necesarios para la sustitución de cultivos ilícitos. Colombia es un territorio con un inmenso potencial, pero para aprovecharlo y convertirlo en oportunidades para su población, lo primero que se debe hacer es recuperarlo de la mano de los criminales.