Existen numerosas adaptaciones de este clásico sobre el amor, la traición y la redención, pero la nueva versión escrita y dirigida por Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, conocidos por sus recientes reinterpretaciones de Los tres mosqueteros, se presenta como un verdadero logro en calidad y entretenimiento.
A pesar de que conocemos la historia, esta película nos mantiene en vilo a lo largo de sus casi tres horas de duración, con escenas pulidas y sofisticadas que justificaron su estreno en el pasado Festival de Cannes, fuera de competencia.
Los sueños del joven Edmundo Dantés (Pierre Niney) están a punto de hacerse realidad en el puerto de Marsella en 1815. Ha sido ascendido al cargo de capitán en la empresa naviera donde trabaja y, finalmente, podrá casarse con el amor de su vida, Mercedes (Anaïs Demoustier). Sin embargo, estas buenas nuevas despiertan los celos de sus compañeros, familiares y amigos, y, como suele ocurrir, no son sólo los enemigos quienes traicionan, sino también los amigos.
Denunciado como parte de una conspiración a favor de Bonaparte, Edmundo es traicionado por su amigo Fernand (Bastien Bouillon), quien compite por el amor de Mercedes. Condenado por el corrupto fiscal Gérard de Villefort (Laurent Lafitte), es encarcelado sin juicio en el Castillo de If, sin posibilidades de escape. Con el tiempo, conoce a otro prisionero, el Abate Faria, quien se convierte en su compañero y mentor. De él aprende los conocimientos y habilidades que le permitirán soportar los catorce años de encierro y desenvolverse con estilo y propiedad una vez logre escapar.
Bajo la tutela de Faria, Edmundo se convierte en el dueño del tesoro de Montecristo y comienza su camino hacia la venganza. Reaparece en la alta sociedad parisina con un aire enigmático y un extraordinario plan que nos sumerge en los secretos, intrigas y juegos sucios de la nobleza. Asumiendo la identidad del Conde de Montecristo, logra cortejar a quienes una vez le dieron la espalda y acabar con sus sueños.
La puesta en escena, la escenografía y la música contribuyen a que esta película atrape a la audiencia de principio a fin, invitándonos a reflexionar sobre temas siempre actuales como la justicia, la venganza, la traición, la piedad y la paciencia. Esta adaptación también demuestra que un buen clásico sigue siendo relevante y puede ayudar a nuevas generaciones a interesarse en esta joya literaria escrita en 1844.