Para decisiones absurdas e injustas del gobierno central propongo respuestas proporcionalmente duras por parte de los agredidos. Si en el Ministerio del Transporte han decidido de manera irreversible tratarnos como a unos soberanos pendejos, preparémonos para demostrarles que no lo somos.

Si la agresividad de ellos nos afecta económicamente y hasta moralmente al sentirnos ultrajados, que se encuentren con un pueblo unido para impedirlo y demostrarles que sí somos pacíficos pero no tanto como para aceptar un abuso de ese tamaño que no se atreverían realizar en otro sector del país, y así como este gobierno que ha demostrado detestar al Caribe y que hoy pretende sacar plata de donde no la tenemos ni la debemos, nosotros deberemos demostrar que no le jalaremos a ese juego cruel.

¿Y cómo lograrlo? Adelantando la campaña más justa del mundo para que ni un solo propietario de predio afectado por ese esperpento que ellos llaman valorización, sin realmente serlo, pague ni un centavo partido por la mitad.

El Ministerio del Transporte para lograr una organización dedicada a esa agresiva y hasta ofensiva gestión deberá montar una infraestructura robusta y costosa como le gusta a este gobierno derrochón, desde la que les corresponderá irrigar mensajes y facturas de cobro a decenas de miles de propietarios de predios desde Cartagena hasta Barranquilla y sus alrededores, gastar en publicidad en la que tratarán de demostrar “las bondades” de ese bellísimo programa, con cuentos de hadas en los que nos prometerán que esos recursos se invertirán en obras sociales de la región, y bla-bla-bla.

Todo lo anterior cuesta ¡y mucho! Pero ya advertidos y puestos de acuerdo, cada vez que escuchemos o veamos su sibilina publicidad, o recibamos su factura de cobro, les haremos ¡Pistola!, como la sabemos hacer los costeños.

¿Desobediencia civil? No la considero así, la que propongo es una defensa justa ante una afrenta del Estado. Como ejemplo, si un policía, que es una autoridad, me pidiera que me zampe un tiro en el pie, ¿Estoy obligado a hacerlo? ¡No! ¿Y por qué no? Porque lo que me está ordenando no está bien y por eso ni me siento ni estoy obligado.

Pues resulta y pasa que lo que Petro, la ministra de transporte, o quienes desde Bogotá están proyectando esa masacre económica y cachetada a nuestra dignidad costeña con ese esperpento, con fundamentos traídos de los cabellos, deberá ser respondido con igual o superior firmeza.

Si nos unimos todos y ni uno solo paga valorización tendrían que embargar a todos los predios afectados y no recogerían un peso.

Sería una gesta victoriosa y sentaríamos un precedente que hasta pasaría a la historia. Vale la pena implementar una agresiva contra-campaña para lograrlo, y así hacerles lo que se merecen: ¡Pistola!

@nicorenowitzky