En la línea de descarbonizar el país como lo propone el presidente, uno de los puntos a analizar es como salir del gas. En el mundo se plantean muchas ideas, claramente para no tener que volver a la leña, por ejemplo, la idea de usar estufas a base de hidrógeno o incluso las ya conocidas estufas eléctricas. Como la transición energética debe ser justa y dentro de esa justicia la energía debe ser asequible, es decir, que todos la podamos pagar y tener acceso, he traído esta columna con algunos datos sobre los costos y retos de estos posibles reemplazos del gas domiciliario.
El hidrógeno verde impulsado por el gobierno no tendría un precio asequible, su costo es muy alto, por ejemplo, producir un kg de hidrógeno requiere 55 KWh y me cuesta cerca de 40 mil pesos y me produce solo 33 KWh, esto es pérdida no solo económica sino energética, pero además, el hidrógeno es un gas supremamente volátil, se escapa de las tuberías convencionales por lo que requiere tuberías especiales, es inodoro y su flama es invisible, lo que significa riesgos para su manipulación y uso en los hogares.
Si hablamos de la leña, solo por hacer el ejercicio, el país, consume alrededor de 24 millones de m3 de gas doméstico al día, si quisiera reemplazar esta cantidad por leña, requeriría consumir 61 mil toneladas de leña seca todos los días para cocinar en todo el país. Sin embargo, si quisiéramos usarla como biomasa para producir electricidad requeriríamos 246 mil toneladas de leña seca, esto por su baja eficiencia, ya se imaginarán la deforestación para sacar al año 89.7 millones de toneladas de leña.
Ya entrando en temas de costos, si volcamos todos a cocinar con estufas eléctricas tenemos que tener en cuenta dos cosas: el costo de la electricidad vs el costo del gas y la capacidad del país de aumentar la producción de energía para abastecer toda esa demanda creciente. Una estufa eléctrica consume en promedio 2 mil KWh, normalmente al día para hacer el desayuno, almuerzo y la cena en estufas eléctricas nos tardaríamos unas 4 horas, es decir al día nuestro consumo eléctrico sería de 8 KWh, al mes sería de 240 KWh y al costo de la electricidad, por ejemplo, en la costa caribe que es alrededor de 950 $/KWh, tendríamos que nuestra factura sería de 228 mil pesos adicionales a nuestro consumo normal de la vivienda, y ya que en Colombia cada vivienda consume en promedio 200 KWh-mes, nuestro aumento energético sería cercano al 114% que se reflejaría en la factura. Por otra parte, un hogar promedio en Colombia requiere cerca de 15 a 20 m3 de gas al mes, por lo cual se pagan entre 30 y 40 mil pesos.
Esto supone un mensaje claro, bajo los costos de la electricidad en el país, prescindir del gas solo afectaría el bolsillo y el acceso a mejor calidad de vida de los más necesitados, no habría justicia energética, ni económica al salir del gas, al contrario, aumentaría la pobreza multidimensional y ampliaría la brecha ya existente. ¡Ojo con esto!
*Director Observatorio de Transición Energética del Caribe OTEC – Universidad del Área Andina