Mucho se ha dicho desde el ámbito político alrededor de la contundente victoria del presidente Trump en las elecciones de Estados Unidos y sus implicaciones para Colombia. Desde la perspectiva empresarial en cambio, aún hay muchas incógnitas sobre los efectos tangibles de las políticas del nuevo presidente electo.
El primer factor de incidencia está relacionado con el estilo gerencial y de liderazgo de Donald Trump, donde existe un alto nivel de incertidumbre en la manera en que se toman las decisiones económicas. También es evidente que su plataforma electoral proteccionista trae unos riesgos elevados de que se apliquen unos aranceles a muchos productos que provienen de industrias manufactureras como las colombianas y que afecten la competitividad de esos bienes. En el peor escenario, se puede generar una guerra arancelaria entre China y EE. UU. que termine causando fuertes daños colaterales.
Adicionalmente, la reacción positiva de los mercados de valores frente a la elección, previendo reducciones en impuestos y un embate anti regulatorio que facilite el ambiente de negocios, ha tenido un efecto indirecto inmediato asociado al fortalecimiento del dólar. Si bien para los empresarios exportadores esto tiene un aspecto positivo, para los consumidores colombianos esto causa una pérdida de valor significativa de nuestra moneda y, sobre todo, es usualmente un mal augurio para las perspectivas económicas globales.
En este río revuelto también surgen unas oportunidades interesantes, donde Colombia puede ganar espacios con su mayor socio comercial. La agresividad de las políticas migratorias restrictivas sumado a las de comercio exterior ponen a México en una alta vulnerabilidad de volver a convertirse en el villano que fue en el primer mandato del presidente Trump. La disputa comercial con China también pronostica una aceleración de la relocalización de las cadenas de valor a países más cercanos y que tengan ya tratados de libre comercio vigentes.
Finalmente, dado que más de la mitad del periodo del presidente Trump se entrelaza con el cuatrienio del próximo presidente de Colombia, y que el país está iniciando de manera temprana la campaña presidencial, también ahí se vislumbra un efecto indirecto. Teniendo en cuenta que su triunfo se apalancó en una visión que defiende la empresa privada, pide menores impuestos y defiende la extracción de combustibles fósiles para la seguridad energética, es de esperarse que algunas de estas ideas sean priorizadas por varios candidatos en nuestra contienda. Tal vez este impacto termine siendo el más transcendental para la economía del país.
@RPlataSarabia