Y así desde 1975, cuando un ELN derrotado pidió negociar con el de López y, desde entonces, se repite ese ciclo engañoso: diálogos y rompimientos por alguna salvajada del ELN, como la de Machuca (1998), donde murieron 86 personas, o la de Bogotá (2019), que cobró la vida de 22 jóvenes, para reiniciar el ciclo…, con el próximo gobierno.
Por eso no sorprenden las declaraciones de Pablo Beltrán, de avanzar en el proceso “para que próximos gobiernos le den continuidad”, lo que da pistas sobre las intenciones del ELN, ni siquiera con el próximo, sino con “próximos gobiernos”. ¿Acaso esa es la directriz de su VI Congreso: negociar sin fin con el Gobierno y atacar sin fin en las regiones para balcanizar el país?
Si alguien piensa que la paz con el ELN está cerca, que se vaya desencantando, con el presidente primero, para quien la firma del Acuerdo Final es de honor, pues la presumible empatía entre una guerrilla comunista y un gobierno de izquierda lo llevó a ofrecer que “en tres meses firmamos la paz con el ELN”. Así las cosas, si no fue en tres meses. lo importante es que sea en su gobierno.
Por ello el presidente auguró que, de no ser así, “no creo que haya próximo gobierno que haga la paz con el ELN”, lo cual puede leerse como una confesión de las pocas posibilidades que Petro le ve al Pacto Histórico para 2026, pues solo un “próximo gobierno” de izquierda seguiría negociando.
Las declaraciones de Otty Patiño no son menos dicientes: “Si el proceso de implementación no empieza en el 2025 habremos fallado”, y está hablando de transición a la vida civil, transformación territorial y desescalamiento del conflicto. Otty no puede decir nada diferente, pero sabe que en dos meses no empezará implementación alguna y que es imposible concluir, de aquí a mediados del 26, un proceso en el que el ELN se mueve como elefante en cristalería.
Hoy mismo, mientras reinician los diálogos sin la manifestación invequívoca de voluntad de paz que la delegación gubernamental exigió tras el atentado en Arauca, el ELN responde con una manifestación inequívoca, pero de su falta de voluntad de paz: otro atentado en el que mueren cinco soldados, en Anorí, Antioquia, donde hace 51 años el Ejército le propinó su peor derrota histórica, que estuvo a punto de propiciar la entrega incondicional al Gobierno López.
Finalmente, son inquietantes las declaraciones del presidente, en las que coincide con el ELN en que “han llegado los tiempos para el poscapitalismo (…) que no se decreta, se hace”, y además anuncia que “Con el ELN hemos decidido buscar el cambio del método del diálogo”. ¿Cuál es el nuevo método?, ¿qué pasó en la reunión preparatoria de Caracas?, ¿de qué me perdí? ¿Hacia dónde vamos?
@jflafaurie