En estos días, en que las leyes desde el punto de vista jurídico, se han puesto de moda, parece prudente recordar los tiempos antiguos en que se dieron los pasos para conducir situaciones difíciles como el del Código de Hammurabi, los Diez mandamientos, la Ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente y la gran profusión de leyes para regular el comportamiento de las personas en las diferentes sociedades. Los antiguos griegos en Atenas, desarrollaron un sistema legal que incluía la participación ciudadana, leyes discutidas en la asamblea, los juicios llevados a cabo por jurados populares. Actualmente hay una gran cantidad de leyes, estatutarias, orgánicas y ordinarias.
La ley de la conciencia se refiere a la libertad de conciencia y de religión, y a la inviolabilidad de la conciencia de las personas. En general, se considera que ninguna autoridad humana debe intervenir en la conciencia de las personas.
En Colombia, la ley establece que nadie puede ser molestado por sus creencias o convicciones, ni obligado a actuar en contra de su conciencia. El principio de la conciencia establece que forzar a una persona a actuar en contra de sus convicciones, principios y conciencia es una afrenta a la dignidad humana.
Cada vez más se olvida más esta ley, teniendo que usar cada vez los códigos, reglamentos y decretos con los que los legisladores, quieren solucionar cada dia en el Congreso de la República, sin que parezca que su crecimiento se pueda detener.
Volver a la conciencia humana podría ser más útil que seguir creando nuevas restricciones para el desarrollo de una sociedad que cada vez muestra acciones desafortunadas y horrorosas como la del padre que arrojó a su hija desde un edificio, y tantas otras acciones que nos hagan pensar de que muchos individuos carezcan de conciencia.
Desde el punto de vista médico las alteraciones, deficiencia o pérdida de la conciencia, tienen una interpretación anatómica y/o fisiológica, de funcionamiento, en una sustancia denominada reticular, que conecta el tronco cerebral con los hemisferios cerebrales. Afectadas por el trauma del cráneo, hematomas, hemorragias, reacciones inflamatorias, infecciones y, en general, cualquier alteración de las vías nerviosas a ese nivel.
Utilizar la ley de La conciencia para definir las actuaciones humanas debería ser suficiente para ir por encima de todas las Leyes de la Constitución, y de todas aquellas que se crean diariamente. Dejaríamos de tener delincuentes, sicarios, asesinos y en general toda clase de ciudadanos que parecen estar acabando con las vidas no solamente de las personas, sino de países enteros, que están destruyendo formas de subsistencia, mientras otros, nos encargamos de darles atención en salud, tratamientos y manejos a tantas enfermedades, después de grandes sacrificios y trasnochos.
No hay duda, que lograríamos salvar más vidas, que protegiendo aquellos que perdieron su conciencia. Lograríamos llevar a esas personas a hacerle, no solamente caso a las leyes derivadas del Derecho, sino siempre a enfocar el punto de vista esencial de los humanos. Hacerle caso a nuestra propia conciencia.
Quien logre hacer progresar en este momento a la humanidad, ese si tiene derecho a un Nobel de paz y mucho más.