Barranquilla busca consolidarse como un referente de desarrollo económico sostenible. No obstante, la aprobación del aumento en las tarifas del Impuesto de Industria y Comercio (ICA) abre un debate fundamental sobre cómo lograr un equilibrio entre la sostenibilidad fiscal y la competitividad, sin comprometer el bienestar de sus habitantes.
El ICA, al gravar los ingresos y no las utilidades, representa un desafío directo para las empresas. Este tributo, que constituye el 42% de la carga fiscal por habitante en Barranquilla, afecta la rentabilidad de los negocios y podría generar un efecto dominó, trasladando costos adicionales al consumidor final, lo que resultaría en una presión inflacionaria local.
A su vez, varios sectores, como la producción de cervezas y las actividades financieras, enfrentarán tarifas que ya alcanzan los límites máximos permitidos por la ley, por encima de otras ciudades en Colombia.
La Encuesta de Percepción Ciudadana de Barranquilla Como Vamos revela una creciente insatisfacción de los ciudadanos con la gestión de los recursos públicos.
En 2023, solo el 37,6% de los barranquilleros expresó conformidad con la inversión pública, frente al 46% en 2022. Lo anterior refleja la importancia de encontrar un equilibrio entre las necesidades fiscales y las expectativas de la población.
El equilibrio entre sostenibilidad fiscal y competitividad es esencial para el futuro de Barranquilla. Las decisiones de hoy impactarán el bienestar de la población y la capacidad de la ciudad para posicionarse como motor de desarrollo en la región Caribe.
Por lo que desde Fundesarrollo proponemos algunas recomendaciones para superar dichos desafíos: diversificar las fuentes de ingreso, fomentando sectores emergentes como las energías renovables, la economía digital y la innovación tecnológica; controlar el gasto público y priorizar las inversiones donde se realicen proyectos de infraestructura y programas sociales con alta rentabilidad social y económica.
Esto optimizaría los recursos disponibles y garantizaría un desarrollo a largo plazo. También se recomienda revisar el Marco Fiscal de Mediano Plazo para que las proyecciones fiscales de la ciudad se alineen con la realidad económica de Barranquilla y del país, evitando desequilibrios fiscales futuros.
Finalmente, es necesario utilizar de manera estratégica la deuda pública para generar retornos positivos de las inversiones y contribuir a la competitividad de Barranquilla, sin poner en riesgo la estabilidad financiera de la ciudad, asegurando su crecimiento sostenido y la mejora continua del bienestar social.