Se acerca la Navidad, está próxima la conmemoración del nacimiento de Jesús, fecha en la que todos debemos relegar a planos secundarios aquello que nos distraiga de la festividad, y mantenernos en nuestro talante caribe. No vayamos a cambiar, porque está visto que los cambios no siempre son favorables. Para muestra hay muchos botones, sobre todo en lo cotidiano, que el palo no está pa’ cucharas, hoy por hoy lo mejor es ¡quieto pa’ la foto! porque no se sabe bien hasta dónde estirará la correa, sobre todo para los abuelos, que ni de cerca se aperciben del estado de las cosas, porque podría producirles isquemias, que es como llaman ahora a aquellas trombosis que les daba a los corronchos, y que hoy se ha puesto de moda, pese a su gravedad.

Porque hasta las enfermedades han cambiado casi tanto como los pacientes. Por lo menos de nombre. Antes, los viejos morían de lo que se denominaba “las tres C”, caída, catarro, y cagalera, que esta ni siquiera se llama así ni tampoco “diarrea”, sino que hoy es “afectación transitoria del tracto intestinal”, problema solucionable con un simple tratamiento de pastillas “anticonvulsivas”, de las que les negaron a los ancianos jugadores de Junior enfrentados a una semifinal. ¿Caída? Eso era antes. Son ya montones los casos de caídas de adultos mayores, o sea de aquellos que sobrepasan las setenta ruedas (porque de ahí para abajo son sólo maduros) que se caen, se fracturan la pelvis, que es la antigua cadera, y les reemplazan toda la vieja osamenta por unos metales más livianos y resistentes, para que a los pocos días vuelvan a caminar y hasta bailar con mayor tranquilidad que cuando se desenvolvían con sus propios huesos. Lo bacano es que ya ni los detectan en los aviones, porque el metal podría ser del perro “soporte emocional”, que ahora viajan en silla numerada porque, aún en los jóvenes, los hijos son reemplazados por perros y gatos, y ni hablar de los nietos. También se diluyó lo del catarro, que hoy se sabe que es una ‘gripita’ mal cuidada que degeneró en neumonía, y que ya no mata a nadie. Hasta los virus perdieron su prestigio. Hoy los combaten fácil, parecen ser frágiles, y lo que asusta son las bacterias, que las hay de todo tipo, hasta de dos patas, y que al revés de éstas, son difíciles de identificar.

Coletilla: Estamos en “Adviento”. ¿Saben lo que es? Recen y lean, para que se preparen para la venida de Jesús, que eso es Adviento, período de preparación, para el gran evento de nuestra redención.

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