De acuerdo con la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, en lo corrido del 2024, en Colombia hay más de 78 mil denuncias por delitos contra menores, cifra de altas proporciones que supera en un 8% lo registrado en 2023. Estas denuncias se presentan en un 95% en zonas rurales, en donde la fuerza pública tiene mayor dificultad de hacer presencia inmediata.

Mientras tanto, 8 cantantes colombianos prometieron unirse y sorprender a sus seguidores y espectadores con la canción +57, que hace alusión al indicativo internacional de Colombia. Sin embargo, su reciente lanzamiento no sólo dejó a muchos decepcionados, sino, además, desprestigió a Colombia como lo muestran varios titulares de prensa y comunicaciones en redes sociales.

Al evidenciarse en la tan esperada canción frases como: “Una mamacita desde los fourteen...” “Apagó el cel pa’ no dejarse pillar” “que plata mata bonito” junto con la mención a una lista de amplia de sustancias ilícitas, es claro que estos cantantes son ajenos a la realidad del país, a pesar de que varios de ellos vivieron en carne propia los impactos de una sociedad compleja, como lo han resaltado en varios escenarios.

Esta oda a la degradación social como se le puede llamar al fenómeno de +57, resalta varias prácticas que según la Directora del ICBF, se relacionan con patrones de explotación, sexualización, consumo de alcohol y drogas ilícitas en menores de edad, especialmente en Medellín.

Paradójicamente, esta canción sale a la luz ad portas de la conmemoración del Día Mundial para Prevenir la Explotación y Abuso Sexual contra Niños y Promover la Sanación, en el que la Organización de las Naciones Unidas resalta que los niños y jóvenes afectados tienen mayores probabilidades de ser parte de las violencias, bien como víctimas o como victimarios.

Sin duda millones de reproducciones no justifican miles de niñas en riesgo en un país en el que se viene trabajando desde distintos frentes, especialmente desde la educación, para eliminar los estigmas del narcotráfico, la mentira, el engaño, el dinero fácil y la desvalorización de la mujer... síntomas todos ellos, de una sociedad en decadencia que se exacerba con la falta de valores, de cimientos familiares y con el incremento la violencia intrafamiliar, la pobreza, falta de oportunidades y la ignorancia.

Las preguntas son muchas… ¿Cómo fortalecer el pensamiento crítico, la empatía, la consciencia desde una formación que hoy más que nunca, debe ser integral? ¿Cómo empoderar a los jóvenes para cambiar positivamente sus realidades y no perpetuar las condiciones adversas que pudieron experimentar? ¿Cómo reiterar que no todo se vale y que la dignidad humana debe estar por encima del éxito y la popularidad?

Ante las reacciones de rechazo, estos cantantes no pueden excusarse diciendo que la letra se sacó de contexto, pues si algo caracteriza al reguetón, a diferencia de otros géneros musicales, es lo directo y explícito de sus frases que no dan cabida ni a la duda ni a la interpretación.

Se dice que no puede esperarse mucho de este género, pero al ser el quinto más escuchado en el mundo de acuerdo con Spotify, sus representantes tienen una mayor responsabilidad en los mensajes que transmiten, sobre todo cuando conocen de primera mano que sólo pocos pueden triunfar en un entorno hostil. Esperemos que este amargo trago pueda servir para que desde las instituciones de educación se generen acciones claras para formar con mayor contundencia en nuevas ciudadanías, ética y pensamiento crítico, las instituciones estatales se encarguen con mayor ahínco de proteger a las familias y menores y, que los cantantes, sean más conscientes de sus colaboraciones y/o autorías.

*Vicerrectora Académica de Areandina