Ser felices en la vida, es el mayor logro que, persona alguna puede alcanzar en las diversas etapas de su vida. Pero, poder conseguir la felicidad, no es fácil, cuando la vida ha mostrado tantas facetas, buenas y malas, demarcadas por momentos importantes, como la niñez, la juventud y la etapa adulta o madurez, diferenciando la expresión humana de nuestra existencia. En nuestras mentes, se reúnen toda clase de pensamientos que, sin poder separarse, van conformando un conjunto que, al final termina por elevar al máximo, ese sentimiento de reflexión y aceptación interna, recordándonos aquellos momentos en que nos volvimos padres y expresamos en forma recíproca, ese amor, en el que, desde la perspectiva animal hasta el homo sapiens, alcanza la más hermosa expresión del ser humano.
El milagro de la vida, a pesar de los grandes conocimientos y avances científicos, permanece todavía sin muchas explicaciones, ninguna de las hipótesis o teorías sobre el origen de la humanidad, han sido debidamente confirmadas. Al mismo tiempo, la explicación sobre la felicidad, tampoco es completa, pero el éxtasis que produce es totalmente diferente. Dejo de envidiar a todos aquellos que, somos bendecidos con la llegada de un nieto. En mi caso, una niña que solo con su llegada nos ha llenado de un sentimiento muy fuerte, solo comparable, al del nacimiento de nuestras hijas. Gracias a Dios por el milagro de la vida, que aún con tanta ciencia, sigue, al menos para mi, siendo el único que nos permite explicarlo.
Desde el punto de vista poblacional, todos podemos aspirar a ser abuelos, no siempre es así, algunas personas no alcanzan y debe ser motivo de preocupación. Luchar, porque intervenciones no deseables interfieran con el ciclo de la vida entre ellos, las enfermedades, las tragedias, los accidentes, y en nuestro medio la violencia, es una obligación.
En los últimos años, al aumentarse los promedios de una tasa de crecimiento de los grupos de la denominada tercera edad, ha causado preocupación el crecimiento de los “abuelos”. Como considerándonos un lastre en la vida diaria, se desconoce que, si bien hay una pérdida de componentes orgánicos esenciales, como la fuerza, y el sexo principalmente. Se produce algo más valioso, esencialmente la acumulación de conocimientos, ligados a experiencias, que no se pueden adquirir a la vuelta de la esquina. A pesar del desgaste neuronal, sabemos que con la permanencia en actividades como la lectura, la música, el entretenimiento y la actividad física y una buena nutrición, el desgaste físico, puede ser suplido con la riqueza intelectual. La conformación de los abuelos, depende de estas circunstancias, a la cual, se le agrega la genética o herencia de trasmisión de genes y el medio ambiente para el desarrollo.
Todos tenemos derechos a ser viejos, a ser respetados y a que no suceda, lo que muchos hacen desde el punto de vista empresarial, político y en todos los campos, acabar con la población de mayores, para dar riendas sueltas a las nuevas ideas, sin el concepto, muchas veces de aquellos que, no solo por su formación y respeto, sus estudios, su trabajo y el amor por los demás hemos mostrado que en la historia de la humanidad se constituyen en una necesidad. Cordura, sensatez, seriedad, respeto, recomendaciones y consejos que, muchas veces por no ser tenidos en cuenta llevan a decisiones equivocadas.
El abuelo representa todo eso, y es la hora de defenderlos, de cuidarlos como una joya y, no dejarlos en el abandono. Son parte de la sociedad, han sido y seguiremos siendo útiles, hasta el fin de los dias.
La felicidad es para todos y, debe ser compartida, si es verdadera y sana. Los nietos, son el estímulo para los abuelos y parecen nuevamente mostrarnos que, todavía tenemos muchas cosas que hacer para el desarrollo de la humanidad. Una humanidad, que acaba con los niños y los ancianos va perdiendo los mejores valores para su preservación y desarrollo. Defendamos los niños y protejamos a los ancianos, son obligaciones propias del ser humano, por eso, a quienes hagan lo contrario, atentando contra estas etapas de la vida, al igual que contra la feminidad, deben ser castigados y rechazados severamente, no solo por la justicia sino por toda la sociedad.