Hola, soy abogada en una empresa que brinda asesoría jurídica a mujeres. Todos los días hablo con mujeres que aprovechan el anonimato para abrir su corazón y contarme historias que muchas veces tienen implicaciones legales. Hoy dedico esta crónica a Ella, esa mujer con la que aún no he hablado y que guarda en silencio un vacío con sabor a aburrimiento y que con la máscara de la autosuficiencia, lleva esperando no sé cuánto tiempo a que las cosas cambien. Pues bien, aquí estoy para acompañarte, incluso en la espera.

Sé que aún no estás lista para hablar de lo que te pasa y de lo que sientes porque hacerlo es aceptar una verdad que te duele y de pronto te aterra. Sé que si le pones palabras a eso que estás viendo, el fantasma se vuelve real y tú aun no estás lista para enfrentarlo. Pero sabes que está ahí y que ya hay muchos síntomas de una enfermedad que cada vez es más profundo y pareciera más incurable.

¿Cuánto tiempo llevas sintiéndote así? ¿Ya estás acostumbrándote a sentir que no cuentas con él? Ya sabes que él tiene sus planes y tú los tuyos, pero ¿los planes de los dos? ¿Aún existen? ¿La cotidianidad te está pesando terriblemente? ¿Has pensado en soltar el remo y que pase lo que tenga que pasar?

Y lo peor, la época de fin de año no ayuda. Reuniones con la familia de Ella y con la del El, comida con los amigos, los niños pidiendo una cosa y la otra, vacaciones, compromisos, cuentas por pagar, la lista de deseos del próximo año, tener que sonreír y todo eso, sabiendo que el mundo entero ve un distanciamiento evidente. Ahí están los ojos y la mirada de personas cercanas unas discretas y otras no tanto, que más presión ponen a un hilo que apenas se resiste a superar diciembre.

Cada historia es diferente y única, cada inicio, nudo y desenlace, tan particular y especial que mal haría yo en generalizar y creer que hay una única respuesta para todos los casos. Sin embargo, aquí unas sugerencias de muchas que puedes estar oyendo y que espero pueden serte de alguna utilidad.

Si la suave tormenta lleva gestándose tiempo, pensar, planear y meditar puede ser mejor que colapsar en la mitad de diciembre. Si se trata de rescate, el primer salvavidas es para ti, revisa cómo está el equilibrio de tu cuerpo mente y corazón. 1. Cuida tu cuerpo: duerme, come mejor, haz ejercicio y no tomes licor ni caigas en excesos, tu máquina necesita un alivio para llevar tanto peso y evitar que se rompa. 2. Cuida tu mente: date un tiempo para respirar, pensar qué quieres y qué necesitas, cuáles son tus alternativas económicas, legales, profesionales, siempre hay muchas. Hazte las preguntas adecuadas aunque aún, no haya respuestas. Tranquila, luego las podemos encontrar. 3 Cuida tu corazón: no tienes la obligación de hablar con nadie, pero si tienes la obligación de ser sincera contigo misma. Agradece por todo lo que hayas vivido este año las cosas grandes y pequeñas. Recárgate a partir de la gratitud.

Hace años alguien me dijo: “Caro, confía en que lo mejor vendrá, desea siempre lo mejor, que la vida nos da lo que le pedimos.” Le he hecho caso, y si, es de los mejores consejos que me ha dado y aquí te lo comparte. Me quedo deseando lo mejor para ti y me quedo a tu lado, incluso en la espera. Feliz Navidad y te deseo un 2025 lleno de cosas buenas.