“¿Tienes idea del riesgo que corre una mujer cada vez que intenta disfrutar de un buen momento?” Esta es, quizás, la frase más significativa de un fascinante diálogo que aparece en el primer capítulo de esta película, cuyo título original, Strange Darling, refleja de manera más adecuada el tema central que aborda.
Aunque es un filme que no debe analizarse demasiado para no estropear su impacto, se puede afirmar que JT Mollner, el director, presenta una forma única de narrar una historia que, aunque parte de una premisa conocida —la de un asesino en serie—, logra ser tremendamente original y sorprendente.
La película se estructura en seis capítulos, pero, al igual que en Rayuela de Cortázar, no es necesario seguir un orden lineal; el director los organiza de manera aleatoria, saltando en el tiempo. Aunque esto podría resultar confuso al principio, su enfoque capta rápidamente nuestra atención y mantiene viva la intriga. De hecho, al igual que en Pulp Fiction, la trama comienza en medio de la acción (en el capítulo 3), retrocede para mostrar los eventos previos y culmina con un giro inesperado, alterando por completo nuestra comprensión inicial de la historia.
Sin revelar demasiados detalles, la película comienza con una joven herida, conocida como La Dama (Willa Fitzgerald), quien huye desesperada a través de un campo, mientras un misterioso personaje, El Demonio (Kyle Gallner), la persigue. Desde el primer momento, nos sentimos identificados con ella y con su angustiante situación, que parece seguir el patrón de un feminicidio.
La relación entre ambos personajes está marcada por una constante tensión sexual. Aunque existe una especie de consenso en su interacción, los límites se cruzan de manera incómoda e imprevista, y como sugiere la canción que acompaña la narrativa, “el amor duele”. Solo al final de la película descubrimos que el caso tiene una explicación mucho más compleja de lo que inicialmente pensábamos.
Con un número reducido de personajes y pocos diálogos, el filme se centra en generar tensión. Un momento destacable es el encuentro con una pareja de hippies mayores, interpretados por Ed Begley Jr. y Barbara Hershey, quienes añaden una capa intrigante a la trama, enriqueciendo el juego psicológico que caracteriza la película.
Asesino Serial presenta una versión no convencional de lo que comúnmente entendemos por asalto sexual, desafiando los roles tradicionales de género. Aunque la película se nutre de elementos clásicos del thriller, los subvierte, alterando la estructura narrativa y, en muchos casos, invirtiendo los papeles que normalmente asociamos con este tipo de historias.