Mientras muchos apenas regresan de sus descansos en estas festividades y otros nunca pararon por las dinámicas propias de sus negocios, el 2025 arranca con muchas expectativas. Desde mi visión, con un sesgo optimista permanente, este año tiene unas perspectivas trascendentales para el Caribe Colombiano.
En lo económico para el 2025 los analistas proyectan para el país un crecimiento mayor al del 2024 y superior al 2.5% lo cual denota una confianza en la recuperación. De cara a la tasa de cambio las proyecciones rondan los $4.500 pesos señalando un peso depreciado pero estable. Eso también conlleva a unas expectativas inflacionarias cercanas al 4% lo cual se acerca a la meta del Banco de la República del 3% y nos aleja de las altas inflaciones pos-pandemia. Esto se traduce en recortes en las tasas de interés de referencia, que se proyectan cercanas al 6% finalizando el año. Lo cual es una reducción significativa frente al nivel actual del 9% y que beneficia el consumo y créditos más baratos, particularmente para la compra de vivienda y automóviles.
Los factores internacionales también proveen buenos augurios. El inicio del mandato de Trump, que jalona una economía americana que tiene niveles históricos en sus bolsas de valores y con la esperanza que genera la llegada de grandes empresarios del mundo tecnológico a apoyar la gestión de la Casa Blanca consolida a USA como el gran socio comercial que debe ser aprovechado. Y eso sin tener en cuenta la remota, pero real, posibilidad de que el régimen de Maduro no resista los próximos días.
Volviendo a lo local, con respecto al desempeño de algunos sectores empresariales, vemos una temporada turística que logró cifras importantes, como lo han reportado múltiples medios y gremios, para destinos como Cartagena, San Andrés, Santa Marta, líderes indiscutibles en el país, y también para Barranquilla y Montería que se consolidan como alternativas complementarias. Adicionalmente empezamos a ver indicios de sectores que muestran signos positivos. Con respecto a la construcción, si bien la vivienda de interés social sigue afectada, se observan nuevos lanzamientos de proyectos residenciales y de centros comerciales de alto valor en Barranquilla, Cartagena y Montería, entre otros. Se percibe que muchos empresarios desempolvan proyectos de inversión y empiezan a mirar más allá de los tres semestres que le restan al actual gobierno nacional.
En últimas, es un año donde debemos todos remangarnos y trabajar fuertemente por nuestras empresas y trabajadores para que la región siga en una trayectoria positiva que nos traiga mayor bienestar y prosperidad. ¡Buen viento para todos!
@RPlataSarabia