El principal requisito que debe cumplir el o la presidente que elijamos en 2026 es el que adolezca de una personalidad histérica y fabulosa.

La histeria es un término que se usa coloquialmente para referirse a un exceso emocional ingobernable y puede referirse a un estado mental o emocional temporal.

“… la palabra fábula tiene que ver con el rumor, con cierta dosis de falsedad o ficción. Se trata, según el diccionario, de un suceso fingido o irreal, que se narra o se representa con el único objetivo de deleitar a la audiencia”, según describe en la edición 60º de Psicología Positiva.

Y agrega: “Esto es precisamente lo que caracteriza a los fabuladores inconscientes: tienen una imperiosa necesidad de generar fascinación y de alimentar las sensaciones en aquellos que los escuchan. Sólo se sienten satisfechos si logran ver la admiración y la expectativa en el rostro de sus interlocutores. Por eso, cuando la vida no los nutre con experiencias lo suficientemente extraordinarias, simplemente agrandan, exageran o decoran las anécdotas que van a contar”.

Lo grave para Colombia no solo es que infortunadamente la política nacional haya sido protagonizada históricamente por personajes histéricos y fabulosos, sino que en la actualidad quienes han saltado a la palestra como presidenciales en 2026 son fieles exponentes de personalidades histéricas y fabulosas.

Tal gravedad no sería relevante si no fuera porque la consecuencia de los dirigentes histéricos y fabuladores que nos han gobernado es la aguda polarización en que vivimos protagonista de una galopante violencia política entre derecha e izquierda.

No más presidentes histéricos y fabuladores sean de derecha o izquierda, definitivamente el país se merece algo mejor, reclama un presidente equilibrado en sus emociones, autocontrolado y adornado con espíritu de verdad en 2026 que propenda por la reconciliación de la Nación.

Si un candidato presidencial es incapaz de controlar sus emociones por carencia de condiciones de sanidad mental, no puede gobernar a Colombia. Si un candidato es fantasioso, egocéntrico y mentiroso, no está preparado para gobernar su vida muchos menos a nuestro país.

¿Qué ofrecen los precandidatos actuales? Mas de lo mismo porque son en su gran mayoría personas histéricas y fabulosas.

Colombia para salir de la división y polarización en que se encuentra, necesita elegir un candidato o candidata a la presidencia en 2026, caracterizado por su ecuanimidad, controlado en sus emociones, asertivo y conciliador, razones por las cuales los que han saltado a la palestra esta descalificados.

A Colombia la han acabado los presidentes histéricos y fabulosos. ¡Ojo con el 2026!

@orlandocaba