Se ha propuesto una intervención militar internacional para desalojar al régimen chavista en Venezuela.
Las Naciones Unidas nacen con el expreso propósito de “mantener la paz y la seguridad internacionales [de manera que] los miembros de la Organización se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”. La misma carta de Naciones Unidas establece las excepciones a esa prohibición general del uso de la fuerza. Una, obvia, la legítima defensa. La otra, las acciones que considere necesarias el Consejo de de Seguridad para “mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.
El tratado también dice que “ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados”. Sin embargo, la misma Carta sostiene que “este principio [de no intervención] no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII”.
Cabe preguntarse si la existencia de un régimen autoritario o una dictadura son una amenaza a la paz y la seguridad internacionales y, por tanto, justifican el uso de la fuerza. La respuesta es inequívocamente no. La Carta de la ONU fue redactada y aprobada por estados que no eran democráticos, como la Unión Soviética y China, y hoy la mayoría de los estados que hacen parte de la Organización no lo son.
Más complejas son las denominadas intervenciones humanitarias. El Consejo de Seguridad ha entendido en algunas ocasiones que esas graves y masivas violaciones a los derechos humanos pueden constituir amenazas o quebrantamientos a la paz y la seguridad internacionales y ha aprobado intervenciones humanitarias (Somalia, antigua Yugoeslavia, Ruanda, norte de Irak y Etiopía y Eritrea). Ahora bien, son inmensa mayoría los casos en que la ONU no ha actuado frente a crímenes de guerra o de lesa humanidad. Las intervenciones humanitarias unilaterales o por fuera del marco del Consejo de Seguridad son violatorias del derecho internacional público.
Entonces, ¿es posible una intervención militar internacional en Venezuela? Si la aprobara el Consejo de Seguridad, si. Pero no lo hará porque no se considera que haya una amenaza a la paz y la seguridad y porque aún si alguno estado la solicitara sería muy difícil que la mayoría aprobara y, con certeza absoluta, sería vetada por Rusia y China.
El único país que podría adelantar una intervención militar en Venezuela serían los Estados Unidos. Sería una clara violación a la Carta de la ONU, pero eso poco importa a las grandes potencias. ¿Pero lo haría? Altamente improbable. Con los frentes abiertos de China, Rusia en Ucrania y Palestina, no hay deseo en Washington de semejante aventura militar. Más posibilidades tendría una operación puntual, como las de los bombardeos a jefes de organizaciones terroristas. Difícil pero posible, si es que el régimen chavista desafía en exceso a Washington. No se ve tampoco que tal cosa ocurra. ¿Pruebas? Chevron sigue operando en Venezuela y soltaron a María Corina después del trino de advertencia de Trump.
En cualquier caso, lo que no puede hacer Colombia es meterse en semejante berenjenal.
@RafaNietoLoaiza