En los gobiernos de Álvaro Uribe , de Juan Manuel Santos y de Ivan Duque nuestro país rehabilitó su imagen en el extranjero donde por motivos que vamos a enumerar teníamos la reputación por el suelo y no es que nos fuese indiferente ese aspecto porque el mundo es un circuito cerrado, de vecinos y apoyo de intento de consultas financieras, legales, diplomática, hoy día aumentadas con perseguir el favor al cambio climático, todo ello formando un núcleo en donde las ayudas , los apoyos , los respaldos valen muchísimo ante organismos internacionales y de modo supremo ante las entidades financieras mundiales.

La llegada del actual gobierno al poder ha derrumbado todo este andamiaje que nos costó años fabricar y fortalecer. Ya estamos observando las primeras consecuencias, las estamos sintiendo, como es la famosa frase “lo vamos a pensar bien envíenos la documentación” cuando recientemente hemos solicitado ampliar los cupos de nuestra deuda externa, en dólares, ante el déficit fiscal y de Caja que tenemos en nuestros estados financieros. Porque imposible mantener una imagen positiva con tantos errores cometidos en estos dos años del Gobierno del Cambio. Veamos: el cultivo de la droga aumento en tres años en un 15% de hectáreas nuevas de siembras. La guerrilla y los paramilitares se acomodaron a esta laxitud en los controles de la producción de alucinógenos participando de la bonanza de este tráfico mientras el mismo gobierno maniataba y retenía el empuje de las Fuerzas Armadas.

Por otro lado, en la Corte Penal Internacional hay recelo sobre el país desde hace dos años por la reacción negativa antes los fallos judiciales que dicha corte pronuncio sobre el litigio con Nicaragua. Los ataques y arremetidas del Presidente Petro contra el pueblo Palestino es un absurdo, así como su condena y grosería contra al Presidente de Israel. El tema es con Hamas, ese es el enemigo a condenar en un tema que no teníamos que meter las narices. La actitud de la Presidencia con el fraude de Maduro en Venezuela evidencia una complicidad con la trampa. No hay derecho a semejante ridículo ante el mundo. Sus constantes expresiones de simpatía con los regímenes Cubano, Nicaragüense y Ruso ponen de manifiesto que la conciencia comunista está teniendo más valor en la imagen internacional de nuestro país que la lógica prudencia de la diplomacia. Viajar mil kilómetros para desplegar la bandera del M-19 en Uruguay es casi una falta de moral porque no se nos olvide jamás que fue un movimiento clandestino de criminalidades. Al cual pertenecía Petro. Imágenes fotográficas de la desnudez de intimidades en otro país de la vida secreta de Presidente dejan por lo menos la fotografía de “Que desfachatez”. Colombia tiene afuera muy mal imagen. ¡Que lastima!