Por mandato de la Constitución Política de Colombia de 1991, específicamente de su artículo 373, el Banco de la República es la entidad del Estado que tiene la responsabilidad de velar por el mantenimiento de la capacidad adquisitiva de la moneda; es decir, debe controlar y mantener la inflación en niveles bajos y estables.
La consistencia de la política monetaria gestionada por el Banco de la República produjo positivos resultados en el comportamiento de la inflación durante el 2024, al cerrar el año en 5.2%, a pesar de las continuas y explícitas presiones del gobierno nacional para modificar las decisiones de su Junta Directiva relacionadas con la tasa de interés de intervención, su principal herramienta para ese propósito, con varios intentos por erosionar su independencia como autoridad monetaria.
No obstante, para encubrir los escuálidos resultados de su gestión, el gobierno ha querido mostrar esos resultados como uno de sus logros del año, pero las evidencias nos indican que el control inflacionario ocurrió gracias al apropiado nivel de las tasas de interés establecidas por el Banco, tal como prácticamente lo hicieron la mayoría de los bancos centrales.
Esa política hizo que la inflación cediera gradualmente a lo largo del año, reduciendo la demanda crediticia y, consecuentemente, desacelerando la demanda y los precios de bienes y servicios. No se conocen acciones o intervenciones gubernamentales concretas orientadas a ese propósito, sino por lo contrario a crear condiciones favorables a la inflación con decisiones populistas y derrochadoras del presupuesto nacional.
El fenómeno inflacionario es un proceso devastador y empobrecedor. De ahí la importancia del mandato constitucional de controlarlo eficazmente. La realidad nos indica que no es necesario ser expertos en políticas macroeconómicas para conocer el efecto inflacionario de los excesos en los reajustes al salario mínimo.
En este mes de enero muchos productos y servicios han tenido incrementos, en especial los que utilizan mano de obra remunerada con el salario mínimo, similares al incremento de éste. Y claro, ese comportamiento era esperado, no solo en el sector industrial y comercial sino en general en muchos aspectos que inciden en las condiciones de la vida cotidiana. Un indeseable círculo vicioso que afecta a toda la población.
Los pensionados sufren las consecuencias de este proceso. Con excepción de los pensionados con mesadas de un salario mínimo mensual, quienes recibirán un reajuste del 9.54%, los demás tendrán solo el 5.2%, generando un déficit en el presupuesto familiar en muchos casos.
X @AELopezP