Las situaciones complejas requieren decisiones certeras. Para vencer el tiempo de dificultad, la ruta necesaria y superadora del problema, tiene cinco momentos esenciales: Observación, análisis, diagnóstico, pronóstico y resolución. Si bien, no son instancias rígidas, porque se adaptan a las condiciones y urgencias, tener un plan siempre será mejor que improvisar.
¿Respiramos profundo en medio del afán? ¿Seguimos consejos y no nos precipitamos? ¿Acudimos a las personas adecuadas para encontrar ayuda? Las reacciones dejan evidencia de la madurez de tus convicciones. Cómo respondemos ante agresiones o dificultades, demostramos el nivel de nuestra conciencia y el desarrollo de la personalidad: Mira bien, revisa con cuidado, valora tus ideas, proyecta escenarios y resuelve con determinación.
La improvisación es una habilidad que asume riesgos considerables al requerir capacidades extraordinarias para poner a prueba la inteligencia en el momento más difícil. Bajo presión todo resulta escaso, inminente y estresante. La calma y el sosiego redactan el mejor prólogo de la paz. Tu historia merece episodios exitosos y finales ejemplares rodeados de felicidad.
Ninguna situación está exenta de una buena decisión. Lo que eliges requiere que lo cuides. Eso que se valora es lo que enamora. Las mentiras siembran muchas heridas. Sigue a la verdad y alcanzarás la buena voluntad. Si sumas al querer, deber y saber, recibirás poder. Esta es una máxima universal y espiritual: Descubre tu potencial y serás muy especial.
La conmoción espiritual es la alteración, convulsión, inestabilidad o deterioro de la tranquilidad, en la ausencia de conexión entre los valores, las creencias y las convicciones, generadas por el descuido de la identidad, la fe y la relación natural de lo esencial con lo trascendental. Es el disturbio emocional en la era de la inestabilidad. El escándalo imprevisto por la mala gestión de la salud mental. El temblor de la inteligencia en la escala de la cordura. La razón inexplicable del descontrol y el caos en una sociedad.
El ritmo trazado por el odio y la venganza no puede ser justificado en días dónde el amor, el perdón, la paz y la reconciliación, se han vuelto la ilusión del discurso inacabado de quienes prometen lo que no pueden cumplir. La melodía de las malas palabras desafina las intenciones y los proyectos comunes, propios de las buenas relaciones.
Encontrar la salida a los problemas planteando soluciones certeras, anima e inspira a respaldar un sueño compartido: Es la demostración del valor de quienes superan la conmoción espiritual.
@JulioCesarHT