Nuestra ciudad le ha rendido tributo a través de estatuas y esculturas a figuras del arte y el deporte que bien se las han merecido, así el recordado Joe Arroyo engalana con una la llamada “Plaza de los músicos” sobre la avenida Olaya Herrera, Estercita Forero tiene su escultura en el pequeño parque de la carrera 43 con calle 73, Shakira ha tenido una modernista en el parque Metropolitano y ahora una monumental sobre el malecón del río, hoy sin iluminación adecuada, ya se anunció que se está proyectando una de Sofía Vergara, la popular “Toty”. El rostro de Pacho Galán se muestra en un moderno busto en la salida al puente Pumarejo, y en las afueras del estadio de su mismo nombre, una de Edgar Rentería conectando el hit con el que los Marlins de Miami ganaron la serie mundial de 1997. Y yo me pregunto, ¿No será que Barranquilla le está debiendo una estatua a Nelson Pinedo?
El orgullosamente nacido en nuestro popular barrio Rebolo, conocido como “El Almirante del ritmo” y con otro seudónimo más nuestro, “El pollo barranquillero”, con su reconocida voz de barítono fue por mucho tiempo el mejor embajador musical que tuvo Barranquilla durante la primera mitad del siglo pasado cuando era la voz de reconocidas orquestas nacionales, como las de Julio Lastra, Antonio María Peñaloza, los Hermanos Castro, Alex Tovar, Don Américo y sus Caribes y en la Casino de Sevilla, con la que llegó a la Habana en esos momentos eje musical de todo el Caribe y de los hispano parlantes en USA, hasta arribar a la más famosa orquesta tropical durante años, la Sonora Matancera. Con esta orquesta logró inmortalizarse con canciones de grata recordación, como Señora bonita, La esquina del movimiento, Momposina, El muñeco de la ciudad, En el mar, Mala mujer y muchas más. Pero con la que identificó siempre a su terruño fue El barranquillero, con su pegajosa letra: “Yo no soy de por aquí, yo soy muy barranquillero. Nadie se meta conmigo que yo con nadie me meto… Nadie se meta conmigo que yo con nadie me meto”.
En todos estos años han habido voces muy especiales con las que fácilmente se identifica a un cantante, como las del “Jefe” Daniel Santos, Alci Acosta, Armando Manzanero, Raphael, Julio Iglesias, Juan Gabriel y otros más, entre las que se destaca la de Nelson Pinedo, inconfundible porque se identifica con el desparpajo y sabrosura de los barranquilleros. Pero es que además de tremendo cantante, Nelson Pinedo fue un crooner por excelencia, casi un showman por su desenvolvimiento en los escenarios y su facilidad de expresión cuando había que anunciar o dedicarle su presentación a alguien. Por todas esas cualidades siempre dejó en alto el nombre de su Barranquilla del alma, y así mismo por todas estas es que opino y propongo que se le levante una estatua.
@nicorenowitzky