Hace unos días fue la gala de los Grammys y en ella las mujeres que hacen música dejaron claro el carácter y la decisión que tienen de no silenciarse ante situaciones que conmueven al mundo, para ser más clara, ante acciones que vulneran los Derechos Humanos. Soy una convencida de que la música tiene el poder de transformar, resistir, protestar, unir y propiciar la paz, ojalá jamás dudemos del infinito poder del arte, eso es algo, que los gobiernos y todos los sistemas deberían tenerlo claro.

Que exquisito fue escuchar sus discursos en contra de la xenofobia, la homofobia, la transfobia y el racismo. No es hora de callar, no es momento de seguir siendo cómplices (desde el silencio o la indiferencia) de las injusticias sociales, no es hora de esconderse tras el miedo, aunque muchas cosas inevitablemente lo generen y corramos el riesgo de ser perseguidas.

Mi super abuela me decía que cuando me soltaran un micrófono no desaprovechara la oportunidad para dejar precedentes y he sabido cumplir su encargo rabiosamente feminista. Definitivamente, las mujeres nos convertimos en infinitas cuando nos hacemos conscientes del poder que somos.

Son grandes quienes, en dos minutos de micrófono abierto, no les tiembla la voz para hacer resistencia creativa por los Derechos Humanos, grandes Shakira y todas. Nunca subestimen el poder de las Mujeres, nunca. Porque estamos despertando con categoría de letargos históricos y no vamos a detener nuestras apuestas.

Mujeres, es pertinente que sigamos unidas por los derechos humanos y contra la homofobia, el racismo, el machismo, la xenofobia y todo tipo de discriminaciones, es fundamental que tejamos fortaleza desde nuestras diferencias, que no nos asuste la genuina sororidad hasta que el machismo tenga que bajar la guardia.

No hay duda alguna, en que se ha levantado una generación de mujeres que no están dispuestas a la resignación, al silencio, a la huida; somos mujeres conscientes del poder que somos; somos brujas, lobas, locas, rabiosas, creativas y con nuestros sentidos agudizados para deleitar al máximo la vida y también para no dejar pasar ningún abuso.

Esa es mi reflexión de la gala, es la oportunidad que aprovechan las artistas para levantar la voz y decir con claridad que hay cosas que no van bien; es importante enfocarnos en reconocer cada acción que nos conduzca a mejores realidades, basta de seguir en la dinámica violenta de dañar a otros, especialmente en las redes sociales, donde el pesimismo y la rabia fluyen como ríos desbordados, en el caso de algunos comentarios que se concentran en criticar la ropa, las presentaciones, lo banal…”Que mal vestida fue Shakira”…

Es cierto que la gente es libre de hacer comentarios, pero qué bueno sería que también asumieran más responsabilidad cognitiva y ciudadana para no vivir exclusivamente en clave de dañar y generar una atmósfera de tensión; el mundo necesita que sumemos a su transformación, sabemos que hay caos por todas partes pero seguro que si asumimos cambios individuales aportamos para bien al tejido social.

Mientras tanto yo me cuelgo en mi eterno optimismo como buena activista que soy, en que esto se compone. Vivan las mujeres que no desaprovechan los espacios y las oportunidades para sentar precedentes y decir ¡Ya hemos despertado!

@facostac