Como es natural, en caso de que se hubieran materializado las sanciones económicas dispuestas el pasado 26 de enero por el presidente Donald Trump en contra de Colombia, nuestra economía habría sufrido efectos nefastos.
No obstante, pese a que las medidas fueron levantadas pocas horas después, la tensión con Estados Unidos está lejos de ser superada y da la sensación de que quedamos con ‘matrícula condicional’ con quien históricamente ha sido nuestro principal aliado comercial y militar.
Lo más preocupante es que pareciera que quien rige los destinos de nuestro país no aprendió la lección, ignora o no le importa que las funestas consecuencias de sus actos no se habrían limitado a los grandes empresarios, sino que el empleo, la inflación, el comportamiento del dólar, la competitividad del país, entre otros rubros, se habrían visto afectados, lo que habría impactado a TODOS los colombianos, sin distingo socioeconómico ni ideológico.
¡Es imperativo salvaguardar, como nunca, nuestras relaciones comerciales y diplomáticas con el gigante del norte!
Estados Unidos no es un aliado fácil de reemplazar.
No hay que olvidar que es el principal socio comercial de Colombia. Es el principal destinatario de nuestras exportaciones de bienes y servicios, alrededor del 30 por ciento de nuestras exportaciones son hacia Estados Unidos; históricamente ha sido el principal emisor de turistas internacionales a nuestro territorio; y es el principal inversionista en nuestro país, pues de acuerdo con el Banco de la República más del 40 por ciento de la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó a Colombia en el tercer trimestre del año pasado provino de Estados Unidos.
De tal manera que hay que evitar a toda costa “impasses” como el del pasado 26 de enero. Por eso es vital que desde las más altas instancias del gobierno nacional se adopte un lenguaje diplomático y acorde con nuestra realidad.
Pero más allá de lo anterior, es fundamental que desde el Ejecutivo asuman con rigor y seriedad la responsabilidad que tienen sobre sus hombros, que reconozcan la majestad del cargo que ostentan y que sean conscientes que cada uno de sus pronunciamientos afectan la vida de millones de colombianos.
Quién ocupa la más alta magistratura del Estado representa no solo a sus electores, sino a toda una Nación. El jefe del Estado debe velar por el bien de todos sus connacionales, al tiempo que hace uso de las herramientas necesarias para generar confianza con sus homólogos y sacar el máximo provecho de las relaciones con los demás países.
En las relaciones internacionales deben primar el pragmatismo, la estrategia y la responsabilidad, además de las buenas maneras y el respeto de los canales diplomáticos. Esos principios no deben responder a tendencias ideológicas o a los gobiernos de turno, sino que deben ser pilares fundamentales sobre los cuales repose nuestra política exterior.
Por otra parte, es débil, por decir lo menos, el argumento sobre las condiciones “inhumanas” a las que fueron sometidos nuestros compatriotas deportados durante su vuelo de regreso al país. Primero, porque este no es un hecho aislado. Tan solo el año pasado se llevaron a cabo 124 vuelos con la autorización de los gobiernos de Colombia y de Estados Unidos, caso similar a lo sucedido con otros países como México, por ejemplo.
Y segundo, porque lo más humanitario habría sido recibirlos y no someterlos a un nuevo viaje.
Pero si de humanidad se trata, lo más humanitario con todos los colombianos es proteger y cuidar la relación con el país que, gústenos o no, (a mí sí me gusta), ha sido nuestro principal aliado comercial, militar y económico en más de 200 años de vida republicana.
Avivar la controversia o entrar en una desigual disputa comercial con ellos sería condenar a Colombia al desempleo, la pobreza y a una crisis económica de la que tardaríamos años en recuperarnos. Eso no solo es irresponsable, sino inhumano.
Ojalá tomen nota, pongan los pies en la tierra y aprendan la lección, antes de que sea demasiado tarde.
* Fundadora Conexiones Efectivas
* Presidenta ProColombia 2018 - 2022
@FlaviaSantoroT