Las llamas suelen ser una muralla solapando las razones del incendio. Si la cortina que oculta es de tela, su textura esparce las chispas de forma indiscriminada, buscando combustible en distracciones, entretenimientos, chismes, escándalos, rivalidades, polarizaciones y todo tipo de acusaciones. Es la explosión del odio sembrando hogueras de miedo: El soplete ardiendo por el viento que quiere aspirar.

Evadir los conflictos generando confusiones mayores, es la manera más fácil de maquillar las heridas, desconociendo que la invisibilidad no desaparece la infección. Lo que se tapa se contamina y genera alteraciones generalizadas en áreas o asuntos inesperados, si no se resuelve eficientemente el problema.

¿Cómo atendemos nuestras urgencias? ¿Resuelves o simplemente escondes? ¿La apariencia es superior a la experiencia?

Las relaciones tienen momentos de intensidad en los que la oscuridad desea ser vencida por la luz. Pero la antorcha encendida en el momento incorrecto provoca una situación peor que el pánico ocasionado por las tinieblas. Quien vive estimulando candelitas, en algún momento se va a quemar. Lo mejor es evitar la manipulación de la brasa si no hay necesidad de arder.

El fuego sabe ser lento, rápido, tolerable, destructor o incontenible. Para los griegos era uno de los cuatro elementos de la materia junto con el agua, el aire y la tierra. Da una emoción de dominio al que lo logra controlar, encender o apagar, pero si no tiene experticia y juega a ser bombero, se puede dañar. ¿Te gusta jugar con candela? Cuídate mucho. Ese poder no fue diseñado para divertirse.

Las cortinas de fuego son la creación, propagación o divulgación de problemas, conflictos y emergencias, a partir de situaciones complejas intentando desviar la atención sobre un asunto que concentra el interés o la prioridad, provocando desventajas, pérdidas y daños, al alterar el curso natural de los acontecimientos.

Son paredes que arden por los resentimientos y la traición. El escudo textil pretendiendo ser un cerco de acero. La ingratitud mostrando falsa lealtad. La trampa del jugador queriendo esconder su avidez. El volcán activo esperando la orden para derramar todo su poder. La furia del mal y el dilema universal. Se convierten en fuente original del humo, una vez se contienen las llamas.

El velo no es una coraza, ni la tela consigue ser fortaleza, cuando se quiere cuidar el mejor rostro o la imagen ideal. Si el rancho está ardiendo no prendas una mecha en el parque. Busca ayuda e invita a una buena fogata, en la que el perdón, la verdad, el amor y la paz, te libren de las cortinas de fuego.

@JulioCesarHT