El 8 de marzo de 2025 arranca la campaña para el Congreso de la República como una primera etapa del debate electoral que termina el próximo año con la elección presidencial en junio de 2026. A partir de la primera fecha corren los términos para la aplicación de las inhabilidades que señala el artículo 179 de la Constitución Política para quienes actualmente desempeñan un cargo directivo en la administración pública, con autoridad política, civil, administrativa o militar, dentro de los 12 meses anteriores a la elección. Si el candidato es contratista del Estado, el término se reduce a 6 meses.
Ahora bien, la campaña presidencial también inicia ya, pues lo del Congreso de la República sirve para medir fuerzas, termómetro que ya están divulgando algunas empresas encuestadoras. Por ejemplo, hay tres sectores con el siguiente resultado: 1) En la izquierda encabeza Gustavo Bolívar, 2) En el centro Sergio Fajardo, y 3) La derecha con Vicky Dávila. Si bien la lista de candidato supera los 60, muchos no ganan ni el Concejo Municipal de Lorica, pues si los metemos en una licuadora no sale ni un Frutiño de 100 pesos.
Son tres sectores políticos fuertes. Pero ninguno de los tres tiene votos para ganar la Presidencia de la República sin hacer alianzas, y menos en primera vuelta, fenómeno que sólo logró Uribe en el 2002 con su proyecto de seguridad democrática durante el gobierno de Andrés Pastrana azotado por la guerrilla de las Farc.
La lucha apenas comienza, no está nada fácil ahora con la entrada de Benedetti como Ministro del Interior, como un obispo repartiendo la comunión a liberales, conservadores, de la U, verdes o de cualquier color, que hacen fila detrás de la mermelada y otros dulces. Ninguno de ellos sufre de diabetes o es alérgico al azúcar.
Sin embargo, se está cocinando la fórmula presidencial de Vicky Dávila con Alvaro Uribe como vicepresidente, lo que cambiaría el panorama político, pues el centro de Fajardo tendría que tomar una decisión de ajedrecista inteligente: ¿izquierda o derecha? A esta incertidumbre se le suma el problema de tipo legal que para muchos implica la fórmula de Vicky Dávila y Alvaro Uribe, que según ellos, estaría inhabilitado por haber sido Presidente de la República, lo cual no tiene fundamento jurídico según los artículos 190 y 197 de la Constitución Política. Se podría repetir el fenómeno de 2002 donde, de nuevo, la guerrilla (ELN) le daría el triunfo a Uribe.
El panorama político es oscuro y peligroso. Y si la derecha y el centro no se unen, en 2026 Petro se les encarama.
@FcuelloDuarte