La visión aislacionista y el juego de favoritismos de Estados Unidos están generando nuevas alianzas y un necesario proceso de cohesión en las regiones donde la perspectiva de Donald J. Trump podría poner en riesgo la estabilidad. Frente a su respuesta ante la guerra entre Rusia y Ucrania, los países de la Unión Europea y la OTAN se han visto obligados a trabajar de manera conjunta para fortalecer su capacidad militar y su apoyo a Ucrania, ante la presión de Trump para que Zelensky acepte un acuerdo en el que perdería territorio ahora y posiblemente en el futuro.
Ahora, no solo los países de la Unión Europea y el Reino Unido están uniendo esfuerzos en la toma de decisiones estratégicas; también lo están haciendo los países árabes ante la propuesta de Trump de tomar el control de la Franja de Gaza, convertirla en la “Riviera del Medio Oriente” y “reubicar” a los palestinos en otros países árabes. Por supuesto, este plan no tuvo ninguna acogida entre los países de la región, y ahora la propuesta de Egipto de reconstruir la Franja de Gaza sin desplazar a los palestinos está ganando apoyo.
En Occidente, los países de la Unión Europea se han visto obligados a adoptar esquemas de decisión más ágiles y a ajustar sus presupuestos nacionales ante la necesidad, indeseable pero inminente, de fortalecer su capacidad militar. En una clara muestra de cohesión interna, Alemania levantará sus límites constitucionales de deuda pública para financiar proyectos de defensa e infraestructura, en el marco de la propuesta de la Comisión Europea de movilizar hasta 800.000 millones de euros para su plan de rearme. Que Alemania flexibilice su tradicional política de austeridad representa, para los europeos, un fuerte mensaje de unidad ante la inestabilidad generada por Estados Unidos y la amenaza que representa Vladímir Putin para el continente.
Entre los países árabes, la cohesión se ha manifestado en el contexto de la Liga de los Estados Árabes, donde la propuesta egipcia para la reconstrucción de la Franja de Gaza cuenta con el respaldo de la región. El plan busca evitar el desplazamiento de los habitantes de Gaza y garantizar su derecho a la autodeterminación. Con esta visión, los países árabes buscan proyectarse como un bloque unido, evitando fracturas y divisiones previas que han sido aprovechadas por Israel en acuerdos de paz que han marcado el futuro de Palestina. Como expresó el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit: “El plan de Egipto ahora es un plan árabe”.
Tampoco se puede ignorar el frente unido que han tenido que construir México y Canadá para responder a las medidas arancelarias anunciadas por Donald J. Trump contra sus aliados comerciales de Norteamérica. Entre todas estas estrategias y alianzas que buscan contrarrestar a Trump, Israel o Rusia, según el contexto regional, queda la incógnita de si, en algún momento, los países sudamericanos desarrollarán una visión conjunta en materia comercial y política frente a las medidas del nuevo presidente de Estados Unidos.
@tatidangond