¿Y qué es esto? El país, las perspectivas económicas, que una calificadora internacional de riesgo califica como negativas. No va bien nuestra capacidad energética, ni la salud, un sistema que era necesario mejorar, sobre todo en el campo, pero no destruir desde sus bases.

No va bien la lucha contra el narcotráfico ni la violencia de bandidos disfrazados de defensores de los pobres, mientras los someten, extorsionan a productores y empresas, destruyen infraestructura y asesinan a quien se resista, con la Fuerza Pública en primer lugar. Hoy, cinco familias lloran a sus hijos y 16 esperan su recuperación.

No va bien la seguridad en las ciudades, dominadas por bandas de microtráfico que envenenan jóvenes, atracan, extorsionan y asesinan. La inseguridad no es una percepción, sino una realidad oculta por el subregistro de la extorsión, los delitos cibernéticos, el atraco. Inseguridad son los vándalos del estallido social en universidades y calles sembrando destrucción, escondidos en el derecho a la protesta, mientras el ladrón apenas visita la cárcel.

No va bien nuestro ordenamiento democrático, con instituciones enfrentadas, pues la descalificación del Congreso por el Ejecutivo, las acusaciones de traición, las amenazas y la consulta para suplantarlo por la voz del pueblo, es una aventura en medio del control territorial del narcoterrorismo; territorios perdidos para el libre ejercicio de la democracia, algo peligroso para la consulta y los próximos procesos electorales.

Es paradójico: Ayer, Santos, demócrata ¿de centro?, consultó al pueblo y, no contento con su dictamen, lo suplantó ilegítimamente por el Congreso en representación de ese pueblo ya consultado. Un asalto a la democracia. Hoy, Petro, progresista de izquierda, llevó sus propuestas al Congreso, representante constitucional de la voluntad popular y, no contento con su dictamen, lo suplanta por la consulta al pueblo representado en el Congreso. Otro asalto a la democracia.

Tomo prestadas las palabras con que mi esposa y candidata, la senadora María Fernanda Cabal, tituló su reciente ensayo: “La democracia en peligro”, pues lo está, por el enfrentamiento institucional, la violencia, el deterioro de las relaciones con nuestros aliados, la crisis energética, el abandono rural, el rezago en equipamiento y empoderamiento social de la Fuerza Pública y por el llamado del presidente a las calles, una tácita invitación a otro “estallido social”.

El país no va bien, afectado por la “suma de todos los males”. Muchos enfermos no mueren por una enfermedad, sino por una conjunción de males que afecta sus sistemas. Que no le pase lo mismo a nuestra democracia. Es bueno advertirlo, porque “soldado advertido…”

@jflafaurie