La escuela filosófica de los cínicos (del griego kynikos: como perro) promovía una vida simple, austera y sin convenciones sociales. Diógenes de Sinope, su figura emblemática, desafiaba al poder, la riqueza y la hipocresía. Alejandro Magno, intrigado por su fama, fue a visitarlo y le ofreció lo que deseara. Diógenes, recostado desnudo, solo respondió: “Que te apartes, me tapas el sol”. Era el espíritu del cinismo: su verdadera libertad era no necesitar nada, ni regalos del más poderoso del mundo.

La transición energética es necesaria, pero, si y solo si, es justa y ordenada, pues la energía mundial proviene 85% de combustibles fósiles. Hay que garantizar el predominio funcional de éstos, preservando la seguridad energética, luego impulsar la complementariedad con renovables y finalmente, una mayor adición de estas para buscar un mundo de energías limpias. Se lee fácil, pero tomará años y saltarse pasos desequilibraría el trilema energético, afectándonos. La energía solar tiene un potencial ilimitado, la radiación que recibe la tierra en una hora cubriría el consumo energético de un año. No tiene costos de combustible, los paneles requieren poco mantenimiento y su precio ha caído, haciéndola más competitiva. Pero hay preguntas sobre su potencial: ¿Cuánto tiempo puede mantener su ritmo de crecimiento? ¿Qué tanta energía puede suministrar efectivamente? ¿por qué no ha reemplazado a los combustibles fósiles? La respuesta, aún tiene limitaciones que la hacen un complemento y no el sustituto perfecto. Su intermitencia: los paneles generan cuando el sol brilla, de noche la producción cae a cero y en días nublados merma notablemente. El almacenamiento: las baterías guardan energía, pero tienen limitaciones de precio y capacidad, y su materia prima podría enfrentar cuellos de botella. Las redes eléctricas, además, no se diseñaron para manejar fuentes tan variables; integrar energía solar requerirá inversiones y costos en transmisión, almacenamiento y sistemas de respaldo. En países con redes robustas y respaldo con gas natural y/o hidroeléctricas, su participación puede crecer rápidamente. Si no, depender totalmente de la solar no es viable. No hay que forzar su adopción a gran escala sin resolver primero los obstáculos, sino integrarla progresivamente a un sistema diversificado. La energía solar es el futuro, pero necesita ajustes para ser el presente.

Hoy, la estructura ideal energética para países, industrias y especialmente hogares, no es 100% renovable o 100 % fósil. Es la que combina electricidad, gas natural y energía solar maximizando eficiencia, resiliencia y sostenibilidad. ¿Por qué Diógenes requería tanto del sol como para retar a Alejandro? Tal vez hacía frío, no tenía alternativas y dependía del sol por necesidad, nosotros lo haríamos por imprudencia.

@achille1964