La Semana Mayor o Semana Santa es esperada con gran fervor por la feligresía cristiana para participar en las procesiones, las misas y otros actos litúrgicos para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, poder retomar y enaltecer sus enseñanzas y consolidar la fe. Además, en estos días se aprovecha para disfrutar del descanso escolar o laboral, gozar de la unión familiar, visitar los monumentos, hacer turismo religioso, cultivar la sana convivencia y recibir y obsequiar los dulces caseros de frutas y tubérculos, nuestros tradicionales rasguñaos.

Este año celebramos la Semana Santa con un marco geopolítico global convulso caracterizado por guerras y conflictos comerciales, predominio de problemáticas sociales como la inseguridad, la violencia, la desigualdad, el hambre, los estragos de los fenómenos naturales derivados del cambio climático, entre otras coyunturas. Por ello, debemos aprovechar para meditar y tomar decisiones propositivas sobre nuestro actuar en el rumbo de la sociedad y la natura.

Igualmente, quiero invitarlos a enriquecer sus valores y promover buenas acciones solidarias; para ello, cito dos mensajes de las lecturas bíblicas que se analizan en las homilías de esta cuaresma y el triduo pascual que, como punto de partida, motiven los sentimientos de mis lectores.

Sobre la solidaridad humana, del evangelio de San Marcos: “En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: El primero es: Escucha, Israel, el señor, nuestro Dios, es el único señor: amarás al señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que estos”.

A través de la siguiente cita del evangelio de San Juan bien se puede ejemplificar el sentido del servicio, al igual que la sencillez: “Pues si yo, el maestro y el señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros: les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan”.

En fin, esta temporada es propicia para meditar y aportar al crecimiento personal y, por qué no, nutrir nuestra salud mental.

Invito, igualmente, a que incluyamos en nuestras oraciones de estos días santos la gratitud por lo vivido y recibido, así como ruegos por nuestra familia y amigos, lo mismo que por la total mejoría de la salud del papa Francisco, compromisario y luchador por los valores cristianos, el desarrollo social, la inclusión, la equidad y la paz.

@Rector_Unisimon