La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Lena Yanina Estrada Añokazi, es una lideresa indígena amazónica. Politóloga de la Universidad Nacional y PhD en Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Sustituyó a Susana Muhamad, quien acabó aceptando la dirección del DNP, tras haber dicho, entre indignados sollozos feministas y voz trémula, que ella no admitía sentarse en la misma mesa ministerial con un maltratador de mujeres como Armando Benedetti. Pero la lógica afrodisiaca del poder prevaleció sobre la coherencia.

Pues bien, la señora Muhamad, como muchos recordarán, creó una Comisión Técnica Interdisciplinaria que elaboró un diagnóstico sobre la ciénaga de Mallorquín. Tal comisión ministerial resultó de un evento comunitario con el presidente Gustavo Petro en Barranquilla el 7 de mayo de 2024 en respuesta al debate urbano-ambiental desatado por las densas actuaciones inmobiliarias en el entorno de la ciénaga.

Ese diagnóstico de 129 páginas, surgido de mesas de trabajo con la CRA, la Gobernación del Atlántico, las alcaldías de Barranquilla y Puerto Colombia, la Triple A, la academia y organizaciones de la sociedad civil, y confeccionado por un equipo de ingenieros, arquitectos, biólogos, abogados, politólogos y sociólogos, ojalá no tenga como triste destino convertirse en un montoncillo de papel, pues demandó tiempo e inversión de recursos humanos y económicos. Muhamad en su momento anunció unas medidas, pero se fue del ministerio sin que nada pasara.

En el diagnóstico sobre la ciénaga de Mallorquín, que sigue pareciéndome muy bueno, la Comisión Técnica Interdisciplinaria diseñó cinco líneas de acción: Situación ecosistémica y jurídica, Ordenamiento territorial, Presiones antrópicas, Vigilancia y control ambiental y Diálogo social, institucional e intersectorial. Y recomendó 35 actividades y propuestas.

El espíritu que inspira el diagnóstico es la salvación de la ciénaga de Mallorquín, una laguna costera estuarina que el biólogo, PhD en Oceanografía y Geología de Costas de la Universidad de Vigo y profesor de la Universidad del Atlántico, Iván León Luna, ha definido como “el activo ambiental más importante de Barranquilla por su gran valor ecológico, biológico, socioeconómico y estético”.

La ciénaga lastimosamente ha perdido extensión, está contaminada, su salinización sigue sin pausa a falta de agua dulce suficiente y su entorno ha sido violentado por múltiples intervenciones. Todo eso ha sucedido en medio de la aprobación o indiferencia institucional. Ministra, mire a la ciénaga. Dinamice la comisión Mallorquín.

@HoracioBrieva