En 2024, el sector inmobiliario colombiano creció un 1,9% y logró mantener su posición como una de las principales anclas de inversión en el país, incluso en medio de ciclos de desaceleración económica. Lo interesante no es solo su estabilidad, sino cómo ha comenzado a transformarse con la entrada de nuevos modelos que están democratizando el acceso a la finca raíz, permitiendo que más personas, con distintos perfiles y capacidades de inversión, puedan participar de sus beneficios.

Una oportunidad de inversión colectiva y de beneficios compartidos se destaca entonces en el crowdfunding inmobiliario. Bajo este esquema, múltiples inversionistas pueden aportar montos relativamente bajos para participar en el desarrollo, adquisición o renta de un inmueble. A cambio, reciben una parte proporcional de los retornos del proyecto. Esta modalidad no solo reduce las barreras de entrada, sino que permite diversificar riesgos y participar en proyectos que antes solo estaban al alcance de grandes desarrolladores.

También encontramos oportunidades a través del blockchain, donde la tokenización divide un inmueble en fracciones digitales llamadas tokens, que pueden ser adquiridos, comercializados o revendidos con agilidad y transparencia. Gracias a esta tecnología, se elimina buena parte de la burocracia, se abaratan costos y se crea un nuevo mercado en el que cualquier persona puede tener participación fraccionada en bienes raíces, incluso desde cualquier lugar del mundo.

Además, algo que viene en tendencia y que incluso ha sido destino de inversión importante en Colombia, principalmente en las grandes ciudades, ha sido el modelo del multifamily. Se trata de edificios o conjuntos diseñados y operados exclusivamente para la renta, bajo una sola administración, lo que permite optimizar los ingresos, mantener estándares de calidad, fidelizar inquilinos y consolidar flujos de caja estables.

Finalmente, como parte de este nuevo ecosistema, el flipping inmobiliario ha ganado protagonismo entre quienes buscan retornos más rápidos. Comprar inmuebles subvalorados, remodelarlos y venderlos o rentarlos en el corto plazo se ha convertido en una estrategia ideal para emprendedores del sector.

En conjunto, estas nuevas rutas de inversión están haciendo del negocio inmobiliario un terreno más abierto, dinámico y accesible, donde la tecnología, la colaboración y la visión estratégica marcan la pauta del crecimiento.

* Directora Ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla