El título de esta columna es una frase de Maurice Duverger en su famosa obra Los partidos políticos , en donde hace un detallado análisis de las actitudes y decisiones que los gobernantes pueden llegar a tener en el desempeño de sus funciones, partiendo de la base que su comportamiento, debe ser y tiene que ser extraordinariamente exegético, imparcial, justo, ecuánime y equilibrado porque no se trata de gobernar a un lote de borregos sino que pueblos enteros, multitudes que piensan, discurren, opinan, desde cientos de posturas y por lo tanto son susceptibles de aglutinar millas de teorías, conceptos, comportamientos.
En Colombia actualmente desde la Presidencia de la República hay una siembra sistemática, injustificada, persistente desde sus primeros días en sembrar odios, resentimientos, rencores, iras, venganzas, calumnias, todos extremos, bajo el amparo y la influencia ideológica de persistir en el dominio de una ideología progresista de izquierda, ya en desuso, paralela a la filosofía comunista, desconociendo el primer magistrado que son capítulos de la historia que ya pasaron, tuvieron su auge, su vigencia. su influencia pero hoy el mundo moderno a pesar de estos intentos frustrantes se especializa en tener nuevos horizontes políticos, partidistas, que se concentran en ideologías del siglo veintiuno caracterizadas por el sostenimiento del capital, de la producción, de la vinculación de las clases sociales a unos comunes procesos y objetivos, donde el llamado antes pueblo se integra y son integrados por las fuerzas creadoras de la producción. De tal modo que lo trascendental es la supervivencia y la búsqueda de mejoras cada día más de calidad de vida.
Pero la conclusión nuestra es que si desde la comandancia se siembra tanto odio y venganza no es de extrañar que en todo el país llueva la violencia, nos invada acompañada del delito de las venganzas, de los resentimientos como cobros permanentes a cambio de la sumisión. Esto se acabó, el mundo cambió y la gente quiere que no haya más hambre ni miseria y esto se consigue no con odios sino con el esfuerzo conjunto del aportante del capital y los colaboradores que multiplican ese capital en beneficio de todos. Es un mundo que ya lo estamos viendo no quiere más muertos sino vivos con estándares de vida con un mínimo de comodidad, de alimentación, de educación, de igualdades sociales. Aquí tendremos plomo y ataúdes más y más mientras más y más se exprimen desde la primera magistratura un volcán de insultos, de calumnias, de incitación a las matanzas. Hemos sido violentos por años, ahora lo seguiremos siendo si no se frena por quien tiene el timón en sus manos.