El hambre es un problema vinculado a la pobreza que obstaculiza el desarrollo de las personas que lo padecen y de las sociedades en su conjunto, impidiendo que se aproveche todo el potencial físico e intelectual de sus ciudadanos. En 2023, la incidencia de la pobreza monetaria afectó al 33% de la población en Colombia, mientras que una cuarta parte de los hogares enfrentaba para ese año condiciones de inseguridad alimentaria. La prevalencia de la desnutrición aguda moderada y severa en menores de cinco años presenta un aumento sostenido desde 2017. Según el Instituto Nacional de Salud, para ese año se reportaron 10.641 casos, frente a 24.396 en 2024. Este panorama sugiere que se debe avanzar a un mayor ritmo en la lucha contra la inseguridad alimentaria si Colombia desea alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible de la ONU, que tiene como meta erradicar el hambre para el año 2030.
En la reciente Asamblea de Gobernadores del BID en Chile, se abordaron los persistentes problemas de pobreza América Latina, así como las estrategias para combatirla. Se subrayó la importancia de la inversión en infraestructura digital para la utilización de nuevas tecnologías, así como la necesidad de construir infraestructura física que apunte a la resiliencia climática y a la promoción de la economía del cuidado. Se destacó también la oportunidad que tiene América Latina, en la actual coyuntura geopolítica internacional, para implementar nuevos modelos de integración y cooperación regional que permitan movilizar más recursos de inversión.
En este contexto tan complejo como retador, Findeter trabaja con las regiones para implementar acciones que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. Creemos que para solucionar las problemáticas de pobreza e inseguridad alimentaria hay que promover inversiones que fortalezcan la conectividad física y virtual, mejoren las condiciones de vivienda, especialmente en las áreas rurales, y apoyen la construcción y mantenimiento de espacios para la educación formal y la atención médica. Durante el actual Gobierno, la Banca de Desarrollo Territorial ha desembolsado cerca de COP 9,3 billones en créditos destinados principalmente a financiar proyectos de infraestructura.
En la línea de asistencia técnica, implementamos el mecanismo de patrimonios autónomos para hacer más eficiente y transparente la gestión de los recursos de inversión. Esto nos ha permitido mejorar la conectividad vial regional con la firma de tres convenios con INVIAS. Además, con el DPS fortalecemos los sistemas de soberanía alimentaria a través de la construcción de puntos de abastecimiento solidario, centros de acopio y transformación de alimentos. Con el FUTIC impulsamos la conectividad digital y el fortalecimiento de las zonas comunitarias para la paz, contribuyendo a la empleabilidad y al desarrollo de competencias. En esta perspectiva apoyamos el proyecto de centros de inteligencia artificial del MINTIC. En cuanto a infraestructura social, acompañamos las iniciativas de transformación productiva del Fondo Paz mediante la adquisición de maquinaria pesada y botes para el transporte fluvial.
Nuestro objetivo es transformar las regiones y elevar la calidad de vida de las personas más pobres y vulnerables. Nos enfrentamos al desafío de fortalecer la colaboración con los actores locales para construir tanto infraestructura física como social, que permita ponerle fin al hambre y avanzar hacia un desarrollo más justo y sostenible.
* Presidente de Findeter