El mundo perdió a uno de los Papas más carismáticos que ha tenido la Iglesia. Su condición de pastor parroquial lo acercó al feligrés del común, al humilde cristiano, a sus angustias y sus necesidades, y hasta a sus inclinaciones futboleras que, como hincha del San Lorenzo de Almagro, nunca dejó de interesarse por su campaña. Francisco Bergoglio, sucesor de San Pedro el pilar de la Iglesia, y primer Papa latinoamericano, quiso una iglesia humilde, para los pobres y, en coherencia, renunció a los lujos palaciegos y hasta a los tradicionales zapatos rojos. Como buen latino y suramericano, su talante lo mostraba un Papa cariñoso, cercano, de buen humor, que le llegaba a la gente.
Luchó contra la pobreza, el hambre, y la migración. Su espíritu transformador cambió varios conceptos que estaban arraigados, y a muchos atrajo y recuperó para la fe cristiana. Fue un abanderado de la paz (Cómo será Santos de tramoyero que hasta al Papa engañó con su falsa paz), pero de la paz mundial alterada por conflictos entre países. Propugnó por la protección del medio ambiente, pidiendo cuidar la tierra, casa única de todos.
Al final de sus días, pese a su disminuida salud, mostró gran fortaleza y entereza, y hasta el último momento cumplió sus deberes. La ausencia del Papa Francisco deja un gran vacío mundial.
Coletilla: Carreta que somos fanáticos del Junior. Sólo comunes aficionados, que ni siquiera nos apasiona el fútbol, sino cuando juega la Selección. A los jugadores los mueven, claro, sus emolumentos, pero los estimula el aplauso, la ovación, la solidaridad del público que, ya sea que el equipo gane o pierda, esté allí para apoyar. Nosotros hacemos alharaca por el Junior, pero de puro regionalistas, porque apoyar, lo hacen los hinchas de los equipos que, jueguen contra quien jueguen, llenan los estadios para acompañarlo. Ni hablar los del América, años en la “B”, y su gente nunca dejó de apoyarlo. Bacano los últimos partidos de cualquier equipo, los estadios abarrotados de seguidores. Nosotros no. Somos grandes por las cuantiosas inversiones, pero no por la numerosa fanaticada asistente a los partidos. Es “bajanota” lo del Metropolitano, no está claro si porque la boleta la ponen muy costosa para el bolsillo barranquillero, o porque no somos fanáticos del equipo, la cosa no mueve aguja, no le mostramos cariño a “tu papá”, aunque Junior juega bien, gana, acumula puntos y va en los primeros puestos. Es un tema para que la directiva analice cuidadosamente, y logre que los muchachos se sientan masivamente acompañados.