Las acusaciones sobre el consumo de sustancias alucinógenas hacia el presidente de los colombianos no son nuevas. Tampoco lo son los comentarios sobre sus preferencias sexuales.

La oposición debe darse dentro de parámetros y condiciones de respeto.

El presidente Gustavo Petro ha cometido muchos errores que él mismo ha reconocido, pero tal vez el error más grande en la política lo hemos cometido los colombianos que acudimos a las urnas a elegir a nuestros representantes. Los discursos populistas, fantasiosos y las falsas promesas que jamás serán cumplidas permiten que lleguen al poder personajes que no nos representan y que se convierten en verdaderos enemigos de nuestra sociedad, de nuestra patria y de la democracia.

En Colombia los valores adscritos a la ética y la moral no son más que retórica romántica ausente en la vida práctica de cada uno de los connacionales. En Colombia no existe autoridad; las instituciones encargadas de ejercer el control se han corrompido. El estado colombiano necesita una depuración y alguien dispuesto a corregir el rumbo, como lo está haciendo El Salvador y los Estados Unidos de América.

Somos más de cincuenta millones de colombianos los que necesitamos que nuestro país salga adelante; que cese el baño de sangre y todo tipo de violencia; que se genere calidad de vida garantizando trabajos dignos; que el sistema de salud preste un excelente servicio a la sociedad y no sea un instrumento para que los que se apoderan de las EPS generen riquezas personales, mientras los más necesitados tienen que hacer largas colas para reclamar una medicina o mueren esperando que le fijen fecha para su cirugía o tratamiento. Necesitamos convertir a Colombia en un país donde no se roben los impuestos y las obras se hagan a precios justos, con altos estándares de calidad; un país donde el vencimiento de términos, no sea utilizado como herramienta por los delincuentes para salir impunes y una oportunidad de riqueza para quienes lo juzgan.

Si los señalamientos hechos por el ex canciller con respecto a nuestro presidente, son ciertos, no cabe duda que afrontamos una gran crisis, nuestro país está siendo dirigido por un adicto a los narcóticos. ¿En manos de quién estamos? ¿Cuál será nuestra suerte? ¿Quién podrá remediar el daño causado a la sociedad? Colombia enfrenta corrupción, escándalos, consumo de drogas, crisis, inseguridad, muerte, violencia; todos los males están sobre nuestro país. Definitivamente, ¡estamos muy mal!

@lavozdelderecho