La discriminación por razones de edad se ha convertido en un dolor de cabeza cada vez más complicado para los artistas del mundo de la música.

En un momento en la historia donde cualquier forma de discriminación sale a flote de manera más rápida, sorprende que la discriminación por razones de edad aún sea muy tolerable y tenga tan pocas voces que reclamen igualdad.

Tal como ocurre en la vida laboral, los alcances llegan también al mundo de la música y cada día son más notorios.

Los primeros artistas que se pronunciaron sobre el tema fueron Madonna y Robbie Williams cuando hace algunos años la cadena de radio estatal Inglesa BBC1, prácticamente vetó lanzamientos de ambos artistas por parecerles muy adultos para su programación joven. Decidieron que se ajustaban al formato de su otra cadena BBC2 enfocada para públicos adultos. El gran pecado eran cumplir los fatales 40 años.

La radio británica pasó de ser muy incluyente a ser la más excluyente.

Por otro lado, en Estados Unidos terminaron siguiendo la misma línea. La regla de los 40 se empezó aplicar sutilmente y en algunos casos se dio antes de llegar a esa edad.

En la radio Top40 empezaron a ser menos comunes nuevas canciones de artistas como Pink, Christina Aguilera, Avril Lavigne y Eminem entre muchos.

Hoy es impensable que artistas como Madonna (62 años), Gwen Stefani (51 años) tengan alguna posibilidad de sonar en esas emisoras. Incluso Katy Perry, Lady Gaga y Adam Lavine de Maroon 5 ya empiezan a considerarse muy maduros por estar entre los 35 y 40 años.

Las nuevas estrellas son Billie Ellish y Dua Lipa que son menores de 25 años.

Sin embargo, son los artistas maduros los que venden los tiquetes de los conciertos, los que llenan los festivales de música y son el centro de atención en el mundo del entretenimiento, como es el caso de Jennifer Lopez (51 años) y Shakira (44 años) en el SuperBowl del año anterior.

Dentro de las 100 canciones más radiadas esta semana en listas Pop en Estados Unidos no hay más de 5 canciones de artistas mayores de 37 años.

Hace algunos años cuando la cantante SIA estando en su momento más exitoso, decidió ocultar su rostro por temor a ser considerada muy adulta. tenía 42 años en ese momento.

Una compañía discográfica firma basicamente artistas entre los 14 y 16 años. Toma dos años en desarrollarlo. En cinco años ya aspira a tenerlo posicionado y en ocho años ya van de salida. Los mantienen en su roster principal solo si se conviertieron en grandes estrellas.

El mercado de artistas en español es menos agresivo en temás de edad, pero cada vez más tiende a seguir estos lineamientos.

Cada día es más raro un éxito masivo de Ricky Martin (49 años), Alejandro Fernandez o Julieta Venegas. Otros siguen dando la pelea como Daddy Yankee, Carlos Vives, Luis Fonsi y Marc Anthony.

Los artistas Urbanos han traído una renovación a pesar de que varios de ellos superaron los 35 años como J Balvin y Nicky Jam. Sin embargo, la presión es menor, en parte, debido a que sus compañías los siguen respaldando y tienen managers que llevan muy bien los medios.

La discriminación por razones de edad se ha convertido en un dolor de cabeza cada vez más complicado para los artistas del mundo de la música.

Lo paradójico de la situción es que no es el público joven el que rechaza las canciones o a los artistas adultos. La prueba es como recientemente gracias a TikTok clásicos de Fleetwood Mac, Billy Joel y Boney M se han vuelto virales. Esta red social es reconocida como la de público más joven.

Parece entonces que en ocasiones es el mismo medio de la mano de gurus de mercadeo que imponen estas reglas por encima de si una canción es simplemente buena y con potencial de éxito.

Este año los primeros Millenials, nacidos en 1981, llegarán a los 40 años. Ojalá logren levantar la voz más alto que la generación anterior que está más acostumbrada a la adaptación a las situaciones y a levantar menos la voz.