Esta semana Bruno Mars llega al primer lugar de listas de Billboard con la canción: Leave The Door Open, un proyecto junto al músico Anderson Paak que han llamado: Silk Sonic.
Se ha tomado cinco años desde su último disco para regresar y se da el lujo de no usar su nombre. A pesar de eso, logra un hit rotundo con una canción que evoca sonidos del soul de los años 70. Muy diferente a todo el sonido que domina las plataformas musicales por estos días.
Esa es parte de la magia de Bruno Mars, su capacidad de llegar a múltiples audiencias, desde públicos adultos hasta muchos más jóvenes. Son muy pocos los artistas que han logrado este efecto en la música. Madonna, Michael Jackson, Mariah Carey, incluso Lady Gaga, entre otros, hacen parte de ese selecto grupo.
Pero los más interesante de su carrera son sus orígenes y eso es lo que quiero contarles.
Pete Gene Hernández, su nombre original, nació hace 35 años en Honolulu, Hawái. Su Padre era de familia de Puerto Rico con descendientes judíos de Hungría, y su madre de origen filipino. Él era cantante y percusionista y hacía espectáculos como imitador de Little Richard, la leyenda del rock n’ roll a la que Bruno le rindió un homenaje en los pasados Grammy. Su madre era cantante y bailarina de hula hula.
Su infancia estuvo rodeada por música y toda clase de expresiones artísticas, pero fue su tío, un imitador de Elvis Presley, quien a los tres años los inspiró a hacer lo mismo.
Bruno, como lo llamaba su padre por su parecido a un luchador profesional, comenzó a hacer imitaciones de Michael Jackson.
A los cuatro años hacía parte de un espectáculo familiar llamado The Love Notes. Su parte en el show era una original imitación de Elvis. Así empezó a llamar la atención de los medios. Lo invitaban a muchos eventos deportivos y de televisión.
Con solo seis años logró una participación en la película Honeymoon in Vegas, protagonizada por Nicolas Cage y hasta llegó a la televisión nacional en un muy popular show de la época.
Llegaron los tiempos difíciles. Sus padres se separaron y una crisis familiar golpeó la familia. Terminó viviendo en barrios marginales en Hawái, sin casa, durmiendo en un carro e incluso en un zoológico donde trabajó su padre. Sufrió matoneo en su colegio por mezcla de razas hasta que con su talento se ganó la popularidad entre sus compañeros.
En el 2003 se graduó del colegio y se fue a Los Ángeles en busca del éxito.
Enfrentó muchos tropiezos como era de esperarse. Lo firmó la legendaria disquera Motown, pero nunca llegó a publicar un disco. En algún momento lo intentaron convencer, incluso de que cantara en español, pero encontró una oportunidad más como compositor y productor, y escribió para artistas importantes como: Adam Levine, Sean Kingston, Flo Rida y Brandy. También hizo dúos con varios artistas a los que les compuso canciones. Estas se convirtieron en éxitos hasta que el 2010 lanzó su disco en solitario, que fue un hit absoluto. El resto de la historia la conocen y es parte de la banda sonora de su vida musical de los últimos diez años.
A la fecha Bruno Mars ha vendido más de 140 millones de discos, ha ganado once premios Grammy y nueve de sus canciones han llegado al primer lugar logrando un nuevo récord de cinco éxitos número uno en poco tiempo. Ese récord lo tenía quien fue su ídolo y comenzó imitando: Elvis Presley.