Hay que admitir que el rock siempre ha sido medio pretensioso, suele mirar por encima del hombro a otros géneros, con aires de grandeza y perteneciendo a una especie de élite musical. Ser rockero es pertenecer a una cofradía especial.

Tal vez muchos periodistas musicales suelen menospreciar el rock ochentero. Por ser tan masivo les incomodaba la idea de esa extrema popularidad. Los grupos más importantes sonaban en la radio a la par de las estrellas pop como Madonna y Michael Jackson.

Ese género de esa época se conoce como el hair rock, por las extravagantes melenas de las bandas que hicieron parte del movimiento.

No se podía ser calvo y ser estrella rock por esos días. Además, súmenle un look bastante andrógeno, muy femenino, con una sobrecarga de maquillaje y los famosos pantalones de spandex o leotardos.

El rock venía de unos años difíciles de finales de los 70’s cuando la música disco se convirtió en el género de moda en el mundo. El rock pasó por momentos a un segundo plano. Y ni los músicos ni la industria soportaron esa caída. Le declararon la guerra al disco hasta hacerlo desaparecer a comienzos de los 80’s. Pero en esa guerra el rock también sufrió un desgaste y no recuperaba su esplendor de la década de oro que acababa de terminar, donde brilló por encima de todos.

Las primera luces las dio una banda llamada Quiet Riot que en el año 83 alcanzó el primer lugar de ventas con una canción llamada Cum on feel the noize . Pero el Rock seguía cargando sus mismos pecados, entre ellos ser demasiado masculino. Los asistentes a los conciertos eran en su mayoría hombres.

Fue hasta la aparición de Bon Jovi, alrededor del año 84, que creó el nuevo prototipo de banda y sonido que dominarían el resto de la década.

Canciones muy comerciales, con estribillos muy pegajosos, letras sencillas y divertidas con temas que mayormente giraban alrededor del amor.

Pero el look era absolutamente importante y definitivo. Su apariencia se volvió un imán para el público femenino. La mayoría de sus integrantes pasaron a la portada de las revistas juveniles de la época. El apoyo de Mtv y toda la revolución de los videoclips ayudaron a que el género se volviera muy popular.

Bon Jovi, Def Leppard, Cinderella, Motley Crue, Poison y Whitesnake, entre muchas otras bandas, se conviertieron en las figuras más representativas del llamado hair rock.

Otro elemento clave fueron las baladas románticas incluidas estratégicamente en todos sus discos. Fue una jugada magistral, no solo para atraer al público femenino sino para traer audiencias adultas y masivas.

Pero los críticos nunca se sintieron a gusto con la extravagancia de la época, que en verdad por ratos si parecía algo ridícula.

Fue hasta el año 87 cuando Guns n’ Roses irrumpió en la escena y concentró más la atención en la música que en la apariencia. Le dieron un segundo aire al género.

Sin embargo, cuatro años después, en el 91 exactamente, se publicó un disco que acabó con el movimiento. Ese álbum fue “Nevermind” de Nirvana. Eran la antítesis en todo sentido. Se vestían con jeans y camisetas, usaban pelo corto y apariencia desaliñada con una potencia musical impresionate. Ahí nació el grunge y el rock peludo y romanticón murió.