El fenómeno del reguetón ha dejado en descubierto un problema que tienen muchos cantantes latinos en común y es el síndrome de Peter Pan musical. Ese afán de permanecer vigentes a costa de sacrificar su estilo musical con el que crearon una base de fans. Ese estilo con el que se ganaron el respeto dentro de la industria de la música, con el que crearon una importante base de seguidores que aún siguen pendientes de sus carreras y asisten a sus conciertos.
La llegada del reguetón hay que admitir que acaparó por completo todos los espacios de la música latina o en Español.
En la radio prácticamente no dejó lugar para otros géneros. Casi todas las emisoras de radio sucumbieron al reguetón y muchas han pagado un precio caro en audiencia por abandonar a sus oyentes fieles y por querer tomar el camino de lo que está de moda, destruyendo su legado y su ADN.
Igual le está pasando a los artistas latinos. De todos los géneros musicales, desde baladistas hasta salseros, de rockeros hasta artistas pop.
La gran mayoría han sucumbido a la tentación, en gran parte por la idea de ganar nuevos seguidores, sonar en la radio y figurar en las listas de éxitos.
Pero al final nada de eso ha pasado. La gran mayoría de esos cantantes adultos han fracasado con colaboraciones forzadas, donde por ratos han caído casi en lo ridículo y han terminado desconcertando a sus fieles seguidores que no esperaban eso de su artista favorito y por otro lado no han despertado el mínimo interés de públicos jóvenes, que por obvias razones no se identifican con ellos.
No hay la más mínima posibilidad de que el que va a un concierto de Franco de Vita, Ricardo Montaner o Chayanne lo hace por oír ese reguetón que lanzó. Ese fan va a escuchar sus clásicos o nuevas canciones de la misma línea musical.
Incluso artistas más contemporáneos como Jesse y Joy lo intentaron sin frutos interesantes.
Son muy pocos los artistas latinos establecidos que han tenido buenos resultados con el género urbano. Shakira, Ricky Martin, Enrique Iglesias y Luis Fonsi. Pero al final no son más de dos canciones. En parte siempre han tenido hits conectados al baile. Pero si les preguntan a sus fans, los prefieren fieles a su estilo.
Y los que siguen llenando sus shows como Ricardo Arjona, Luis Miguel y hasta Fito Paez en el rock , no han tenido la necesidad de desdibujar musicalmente con algo que no es natural para ellos.
Juanes con su nuevo disco de covers, en varias canciones, parece retomar el rumbo que prefieren sus seguidores, luego de coquetear en más de una ocasión con ritmos urbanos.
El gran regreso a la popularidad de Carlos Vives hace ocho años con su disco Corazón profundo fue por recuperar su estilo tradicional, no por un dúo con un artista de reguetón.
Eso lo tienen muy claro los artistas en el mercado anglo. No se dejan tentar por el ritmo del momento. Aceptan su madurez musical, cultivan a sus fans originales, que son los que siguen llenando sus conciertos año tras año.
A Bruce Springsteen nunca se le ocurrió hacer un disco de hip hop. Él mantiene su línea musical en cada uno de sus nuevos lanzamientos y siempre llena todos sus shows.
No tiene nada malo querer evolucionar musicalmente. Pero no siempre evolucionar significa ir con el ritmo de moda.