Mucho se ha hablado sobre el reggaeton en los últimos tiempos y por supuesto más en las últimas semanas, cuando dos artistas de perfiles completamente diferentes tuvieron roces en las redes. Además de la decisión de uno de ellos de retirar uno de sus videos de YouTube por considerar que ofendía a cierto grupo de personas y por presión de muchos sectores, especialmente femeninos.

Y aunque aclaro de antemano, esta columna es mi absoluta opinión, siempre he pensado que hay cuatro secretos a voces sobre el reggaeton que son evidentes en muchos casos.

Primero, el reggaeton es el género latino de moda en el mundo de manera aplastante por una razón muy clara: es bailable y de fiesta. Siempre ha existido un género que domina el mercado latino por esa razón. Lo fue la salsa en su momento y también lo fue el merengue. Y mientras no aparezca otro género bailable seguirá dominado el mercado de la música en español. Bailar es nuestra idiosincrasia.

Segundo, el reggaeton, por duro que sea de aceptar para artistas y seguidores, es uno de los géneros latinos más pobres musicalmente. Eso es evidente y no hay que ser un experto musical para notarlo. Lejos está del nivel de composición e interpretación de la salsa y del merengue. La mayoría de sus letras son de escasos recursos líricos y muchas de ellas son contundentemente ofensivas, especialmente con las mujeres. Ni siquiera cuarenta años atrás el rock se atrevió a ir tan lejos en lo explícito de sus canciones. Hay por supuesto excepciones y todos tenemos claros estos artistas. Inspirado más en el trap que en el hip hop, del que está muy lejos , especialmente en el poder social de sus letras.

Tercero, la industria musical protege fuertemente el reggaeton y hará todo lo posible por mantenerlo vivo. A nivel de producción, es música de bajo costo. No genera grandes costos en estudios ni en músicos.

Eso significa poca inversión para las disqueras. Compárenlo con todos los músicos que debieron participar grabando Pedro Navaja vs Pepas, uno de los tantos hits del momento. Un show en vivo de reggaeton se arma con un Dj y un vocalista afinado con autotune. Compárenlo con subir a un escenario a una orquesta como Niche. Los costos de mover entre ciudades una cantidad de músicos, sus nóminas, ensayos, hoteles y alimentación.

La cantidad de producto para llenar las plataformas de reproducción con el reggaeton está a la orden del día.

Y ni hablar de todo el dinero que se mueve en la labor de “promoción” del producto. Que aunque ha existido en todos los géneros, en el reggaeton se mueve por volumen.

Creó que son suficientes razones para estar seguro que a la industria musical no le interesa que el género se apague.

Cuarto, el reggaeton reclama reconocimiento a gritos que no todos quieren darle. Por supuesto, como lo contaba en una columna anterior, muchos son los premios que canjean galardones por presentaciones que luego venden en derechos de televisión. Pero otros como los Grammys les siguen sacando el cuerpo y premian a los que para “ellos “tienen más respeto.

Pero mi conclusión más complicada es que siempre he pensado que una gran parte de Colombia no se siente orgullosa de sus artistas de reggaeton, como si lo ha sido de Shakira, Juanes, Carlos Vives ,

Niche y muchos más. Y la razón es porque nuestra historia musical es muy rica y maravillosa, y más allá de un récord de reproducciones, crecimos disfrutando de un nivel muy alto musical que no se mide con un contador digital, sino que se siente en al alma y se lleva en el corazón.