El asesino que hace unos días provocó el caos en El Paso matando a decenas de personas alegaba para justificar su acción que dicha ciudad estaba repleta de invasores hispanos. Los supremacistas blancos de EEUU construyen su discurso de odio alrededor de la misma idea aplicada a todo el país. Y el actual presidente estadounidense ganó las elecciones promoviendo una visión persecutoria de la realidad en la que la América anglosajona se encuentra acorralada por, entre otros motivos, la descontrolada inmigración hispana. Me gustaría dedicar estas líneas a recordar un dato que tal vez por ser tan evidente acostumbramos a olvidar y que el museo humano de los horrores al que acabo de hacer referencia ignora o quiere ignorar: en lugares como El Paso los hispanos ya estaban allí antes de la llegada de los anglosajones.
Si hay algún invasor no son los hispanos, sino los anglosajones que comenzaron a poblar dichas tierras después de que EEUU le robará la mitad del país a Méjico en 1848. Difícilmente pueden ser invasores los hispanos en ciudades que, no por casualidad, se llaman El Paso, San Antonio, San Diego, o Los Ángeles, localidades todas ellas fundadas por españoles y que primero formaron parte del Virreinato de Nueva España y después de Méjico. Recordemos que de los cincuenta estados de la Unión, más de la mitad formaron parte en algún momento de España. Recordemos que la primera ciudad fundada por europeos en el actual EEUU no lo fue por ningún inglés, sino por Pedro Menéndez de Avilés en Florida: San Agustín. Recordemos que Alexander Hamilton en 1788 en El Federalista destacaba que el río Misisipi estaba en manos de los españoles y que el comercio de los recién nacidos EEUU dependía de la buena voluntad de los hispanos. Recordemos que en Tejas hay ciudades como Galveston bautizadas en honor de héroes hispanos como Gálvez, un señor que, en reconocimiento a sus méritos, desfiló a la derecha de Washington en el desfile conmemorativo de la independencia de los EEUU y que en California (nombre derivado de un personaje de una secuela de la novela española Amadís de Gaula) los topónimos de las principales ciudades les fueron dados por monjes que como Junípero Serra fundaron misiones para proteger a unos nativos que, cuando dichas tierras cayeron en manos gringas, fueron arrasados en nombre del progreso del hombre blanco.
Los EEUU absorvieron en su crecimiento sucesivos territorios primero españoles y luego mejicanos que no recibieron vacíos, sino que ya tenían población hispana antes de que llegara allí ningún descendiente de ingleses. Luego que ni salvajes armados, ni racistas de pelo absurdo nos digan más mentiras. Ese país es tanto nuestro como de ellos. Su historia bebe de la nuestra. Hasta su moneda, el dólar, no es más que la evolución de la primera moneda universal que existió: el real de a ocho de plata español. Ningún hispano es un invasor en EEUU. Nosotros ya estábamos allí cuando ellos llegaron.
@alfnardiz