Sin duda, el empresariado es motor del cambio social en Colombia, porque ayuda a construir país al invertir en las personas y promocionar el desarrollo de su talento. Desde GSH, gracias a nuestra experiencia en transformación organizacional, sabemos que las empresas que se esfuerzan en cambiar las vidas de los colaboradores facilitan que tanto sus empresas como sus colaboradores cumplan sus propósitos y razones de ser.

El propósito o sentido de vida es un planteamiento fundamental para el individuo porque le permite adueñarse de su futuro y de manera más consciente vivir el presente. Este motiva la pasión, la dedicación, la proposición de metas y el cumplimiento de logros encaminados a ese ‘algo’ que le da sentido a la vida de cada uno. De hecho, un estudio de La Universidad de La Sabana encontró una relación positiva entre el sentido de vida en el trabajo y la capacidad de los participantes para recuperarse del estrés laboral. Lo que señala que el desarrollo del sentido de vida en el trabajo permite sobrellevar de forma positiva las situaciones estresantes que son un común denominador en los entornos laborales.

A pesar de ello, muchas veces, las personas no lo conocemos o no profundizamos en ello. Y, hoy en día, las organizaciones están llamadas a ser esos espacios donde se crezca en todo sentido, que provean entornos de bienestar emocional, satisfacción y valor a la vida de las personas, en orden a lo que significa, también, tener un Trabajo Decente.

Dicho sea de paso que, el Trabajo Decente es una de las principales luchas de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que desde hace más de 10 años ha propuesto que todo su programa esté especializado para esto, impulsado por su primer Director. Para cumplir ese objetivo, Colombia ha suscrito un Pacto por el Trabajo Decente y la nueva ministra encabezará grandes reformas para seguir garantizando que se reduzcan las brechas que imposibilitan a todos los colombianos el trabajo en condiciones dignas.

Este concepto, además de buscar las garantías en términos de Derechos Humanos, precisa entornos amables, sanos (físicos, como psicológicos), libre de acoso o discriminación para las personas. Sin embargo, los desafíos sociales involucran múltiples retos de competitividad en el mercado laboral. Por tanto, es vital la concientización de las organizaciones para ofrecer condiciones de trabajo que les aseguren tener el talento humano idóneo y feliz a su lado, con el cual podrán enfrentar los rápidos cambios del entorno y sobrevivir en un mercado globalizado.

De manera que, en todo este entramado, el rol de las áreas de recursos humanos no es solo buscar en el fortalecimiento de la cultura organizacional, atraer talento que honre sus valores y construir experiencias de valor en cada interacción, sino que la clave está en lograr que sus colaboradores comprendan su propósito personal y que éste se alinee con el propósito de la compañía, en donde convergen su evolución profesional y personal. En esto es indispensable una constante medición de los indicadores de la cultura organizacional y el clima laboral. Sobre todo, porque hoy nos acechan los tenebrosos fenómenos de la alta rotación y la fuga de talento. Solo así, con organizaciones que tengan culturas orientadas a las personas que permanente buscan el enamoramiento mutuo, se podrán conectar los propósitos individuales con los objetivos colectivos y tener éxito.

* Presidente – Grupo Soluciones Horizonte