Desde Pro Santa Marta hablábamos en la anterior columna que esta ciudad no se repite en el mundo. La más antigua de Sur América, la que cuenta con una variedad de pisos térmicos con condiciones de baja humedad y salinidad, la puerta de entrada y salida de diversos productos del agro, graneles limpios y minerales, rodeada de los parques nacionales naturales Tayrona, Isla de Salamanca, Ciénaga Grande y Sierra Nevada de Santa Marta.
En ese orden de ideas, Santa Marta se está consolidando como un actor logístico y portuario relevante a nivel nacional e internacional. Nuestra bahía, con una profundidad en muelle de hasta 60 pies, donde una maniobra de atraque y desatraque de buque pudiera durar tan sólo 10 minutos, un corredor terrestre para movilización de carga, diversas zonas francas que se ubican en extrema cercanía al terminal, la zona agroindustrial de banano y palma, así como cacao, café, aguacate y otros, la promocionan como un destino logístico e industrial que tiene mucho para ofrecer.
La ubicación geográfica, su infraestructura y experiencia, le permiten al Puerto de Santa Marta ser competitivo como terminal base para operaciones offshore, máxime cuando en la actualidad existen contratos de exploración y producción cercanos al terminal, sobre el mar Caribe.
Sí preguntan dentro de todas las ventajas que tiene Santa Marta cuál es la mejor para explotar en el inmediato plazo, diría que es la consolidación de las frecuencias del tren de carga que va desde La Dorada-Caldas a Santa Marta y viceversa, en un trayecto de 767 kilómetros que atraviesa varios municipios de los departamentos del Magdalena, Cesar, Antioquia y Santander, el cual es, sin duda, un efecto diferenciador y a favor de la multimodalidad que articula al transporte marítimo, férreo y carretero con el centro del país.
El tren es una inmejorable opción para movilizar carga, pero además de contribuir a la competitividad de la región, impacta favorablemente en el medioambiente, porque la huella de carbono es infinitamente menor a la generada por el transporte carretero, haciendo énfasis en algo muy importante: ambos modos de transporte se complementan.
Asimismo, la prestación de servicios de exportación desde las Zonas Francas, es otra enorme oportunidad que tiene la ciudad y el departamento en distintas aristas, especialmente en la de programación de software, call centers y otros.
Otro de los sectores que va en crecimiento es el de la construcción, donde Santa Marta logró ser la primera ciudad con mayor oferta de viviendas turísticas o de inversión en Colombia y la segunda en el mundo como la mejor opción para la inversión inmobiliaria frente al mar, según la encuesta global de propiedades 2021 de Live and Invest Overseas de Forbes.
Si Santa Marta en el mediano plazo logra resolver el reto de desabastecimiento de agua potable que tiene, no me cabe duda que será un detonante para la inversión en la región, en un momento en donde la RAP Caribe en cabeza de Amylkar Acosta tiene una histórica responsabilidad de avanzar en grandes proyectos regionales, siendo la bisagra ideal con el gobierno nacional, teniendo la oportunidad la ciudad de consolidarse como un actor evidentemente relevante, con el evidente apoyo y compromiso del sector privado, que se traduzca cada acción en la generación de más y más empleo formal, que transforme y mejore la calidad de vida de miles.