Dos características que no debe tener un buen político son ingenuidad o prepotencia porque una de ellas y peor aún las dos, se le convierten en una inmensa falla. Es increíble que Sergio Fajardo y experimentados políticos que lo acompañan hayan permitido que la Coalición de la Esperanza y su cabeza visible, cometieran una o las dos fallas anotadas en su búsqueda de una salida política. El resultado ha sido, en menos de ocho días, dos tremendas derrotas.

Objetivamente por la forma como se buscó el acercamiento con Rodolfo Hernandez parecería que predominó la prepotencia. Es cierto que su programa se ha reconocido como muy bueno porque muchos economistas respetables se dedicaron a elaborarlo, pero su rotundo fracaso le demostró a Fajardo y a su equipo que buenas ideas no son suficientes, sobre todo si el candidato no las transmite. Ahora bien, creer que porque Hernández no tiene un programa, según ellos, les abría la oportunidad de entrar a esa campaña por la puerta grande con alfombra roja al estilo Duque, demuestra también una gran ingenuidad.

La Coalición de la Esperanza demostró de nuevo su falta de realismo y su incapacidad de leer más allá de sus propias posiciones. Con casi 6 millones de votos y cuando muchos sectores lo siguen considerando el gran triunfador, era obvio que Hernández estaba en posición de superioridad frente a Fajardo. Pero lo peor es que les dijo que su propuesta tuvo esos votos mientras la que le estaban vendiendo fue derrotada. El otro gran error y esto sí es increíble, es que sabiendo que su éxito depende del voto uribista creer que Hernández les iba a aceptar que los excluyera. Esto sí es llegar al colmo del despiste. Por favor, en qué mundo viven si todos los uribistas se precipitaron a anunciar su apoyo a Hernández. ¿Ingenuos? Creer que 800 mil votos son más importantes que los de los uribistas que apoyaron a Federico raya en la más absoluta ingenuidad.

La combinación de prepotencia e ingenuidad acabó de sepultar no solo a Fajardo sino a la Coalición de la Esperanza. Y ahora que van a hacer, es la pregunta de fondo porque han mostrado su rechazo a Petro o sea que se quedaron sin el pan y sin el queso.

Precisamente porque todos su miembros y Fajardo su líder son personas valiosas esta historia es muy triste porque la acumulación de errores pocas veces se ha visto tan concentrada en un solo grupo de políticos. Y tratando de clasificar estas inmensas equivocaciones de mayores a menores, la invitación a Ingrid que terminó desbaratándolos compite en el primer lugar con su fallida negociación con Hernández. De pronto esta última es peor porque es la mezcla de prepotencia e ingenuidad.

Varias lecciones se desprenden de las obvias ya anotadas. Los economistas tenemos que aprender que sin la política que muchos desprecian, nuestras maravillosas ideas y trabajos serios se quedan en la nada. Y segundo, los egos de tecnócratas y políticos deben bajarse de unos pedestales que se derrumban fácilmente.

@ceciliaLopezM