En ocasiones son tantas las noticias relacionadas con cambio climático, que para muchas personas, ciertas notas pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, es un tema que para nada puede desestimarse.

Análisis de diversos centros internacionales, muestran que en relación con la temperatura media global del planeta, la última vez que un mes presentó una anomalía opuesta a la tendencia de calentamiento, fue en febrero de 1994, es decir que ya son 26 años continuos en los que predominan años cálidos siendo el periodo 2010-2020, la década más cálida de la historia.

No deja de sorprender que teniendo desde agosto pasado un enfriamiento del océano Pacífico tropical, lo que ha dado lugar a un fenómeno La Niña, no ha sido este motivo para que se mantenga la tendencia al aumento de temperatura, señalándose el 2020 como uno de los años más cálidos de la historia.

Y claro, estos son datos que por sí solos y ante lo “repetitivo” que se ha vuelto tener noticias de dicho calentamiento, pueden volverse costumbre en el común de la gente e inclusive en algunos tomadores de decisión, lo que redunda de una u otra forma, en falta de conciencia y de acciones reales para mitigar los efectos del cambio climático. Por ello, es tan importante que día a día podamos tener evidencias de los contrastes del clima y noticias que puedan ser un poco más “tangibles” frente al tema.

Fue notorio en el 2020 el incremento de temperatura en el Ártico ruso, destacándose en junio los 38°C en Verkhoyansk, un pueblo siberiano en donde los termómetros suben como máximo hasta los 20°C en esa época del año. En Colombia, no hemos conocido aún si en el año anterior se superó algún registro histórico; aunque es cierto que hay datos que deben verificarse, ya es hora que en el muy corto plazo, podamos dar cifras que muestren las tendencias actuales.

En medio de los recientes contrastes climáticos, ante la incidencia notoria de diversos fenómenos de variabilidad climática, en el balance anual de precipitaciones, son muchas las zonas del territorio nacional que presentaron precipitaciones por debajo de lo normal, es decir, que tuvieron acumulados de lluvia, por debajo del acumulado medio en el año, más allá de una Niña que permanece aún vigente, la cual tuvo su pico entre noviembre y diciembre. Sería recomendable un balance sectorial y regional y que se volviera costumbre poder tener ese tipo de análisis, lo cual sin duda mejoraría las proyecciones y la productividad.

El país ha venido trabajando en términos de adaptación, teniendo como base los escenarios de cambio climático, los cuales siendo producto de la modelación, no dejan una clara señal de certidumbre.

Hace buen tiempo, el IDEAM realizó un análisis de tendencias para diversos puntos del país. Resulta interesante pero a la vez necesario que se realice una mayor cantidad de análisis de forma más localizada. Pero a su vez, se requiere la generación y automatización de una serie de productos climáticos que puedan ser dispuestos al público para tomar decisiones más oportunas y eficaces. El cambio climático es una realidad, pero ya es hora de contar con más y mejores herramientas que puedan ser de fácil lectura y aplicación.

@ChristianEuska